Con el punto de inteligente transgresión que marca el conjunto de una producción traducida a más de veinte lenguas, que le han situado como referente de primerísimo nivel entre los filósofos europeos contemporáneos, Comte-Sponville se pregunta y cuestiona lo que el amor es, y abre desde la filosofía puertas a nuevas perspectivas sobre la sexualidad, la pareja, el erotismo y sobre lo que significa amar y hacer el amor. Una visión al tiempo clara y profunda de lo que supone amar y del papel del sexo y el amor en nuestras vidas.

El sol y el sexo

«Por qué, si me dispongo a hablar de la sexualidad, he pensado en esta frase para titular mi libro?», señaló en su clarividente presentación en el Instituto Francés de Madrid. «Tal vez porque lo esencial, también en el sexo, escapa a la mirada, o la ciega, en su perpetuo intento de fascinarla. Hay algo común entre el sol y el sexo, ambos están en el origen de la vida. El sexo es un sol; el amor, que procede de él, se recalienta o se consume. Ni al sol ni al sexo podemos mirarlos sin perturbarnos».

«Todos podríamos decir que somos amantes: no porque seamos los únicos que tenemos relaciones sexuales, ni los únicos que amamos, sino porque el sexo y el amor, para nosotros, son problemas que es preciso afrontar o superar, sin confundirlos ni reducirlos el uno al otro», señaló en otro momento de su intervención, en la que apostilló: «la dualidad entre el amor y la sexualidad siempre resulta apasionante, eso es lo que, al menos, define una parte de nuestra humanidad: el hombre es un animal erótico».

Esa es la tesis que planea en los tres capítulos de los que se compone Ni el sexo ni la muerte. Orador envolvente, Comte-Sponville, autor de numerosas obras que enganchan por su claridad expositiva y por su capacidad para poner la filosofía al alcance de todos, se sirvió de una pizarra y un trozo de tiza para dibujar la columna vertebral de su nuevo libro en torno a tres términos griegos: Eros, Philia y Ágape.

Eros

El amor es el protagonista de una primera parte en la que se abordan los temas del Eros o el amor como pasión, la Philia, o la dicha de amar y el Ágape, o el amor sin fronteras. En el segundo capítulo se reflexiona sobre la sexualidad, el erotismo y el deseo, y en el tercero, las consideraciones giran en torno a la amistad y la pareja.

«Eros es el dios del amor, no del sexo. Eros es el amor pasional», apuntó el conferenciante que afirmó que El banquete de Platón es el texto filosófico sobre el amor más bello que jamás se haya escrito. «Platón nos hace ver que deseamos lo que no tenemos y cuando lo tenemos dejamos de desearlo. El amor es deseo y el deseo es carencia. Lo que no se tiene, lo que no se es, aquello de lo que se carece es el objeto del deseo. Por eso el ser humano es infeliz».

«El aburrimiento es la ausencia de felicidad y de infelicidad», comentó Comte-Sponville antes de señalar que Schopenhauer es autor de una de las frases más desoladoras de la historia de la filosofía, aquella que sostiene: «Así nuestra vida oscila como un péndulo, de izquierda a derecha, del sufrimiento al aburrimiento».

Philia y Ágape

Por lo que respecta a Philia, apuntó que este concepto define el amor de lo que no nos falta. «Aristóteles dice que amor es alegría y amar es regocijarse». En ese sentido, Philia supone que «la principal fuente de alegría es que tú existas. Philia es el amor que da, que disfruta dando a la otra persona. Todos fuimos niños, todos fuimos Eros y desde Eros aprendimos a dar y fuimos hacia Philia«.

Finalmente, Ágape es dar desprendidamente, dar a cualquiera, a un prójimo que incluso no se conoce y eso lo diferencia del concepto Philia, «Ágape es el amor si orillas. Un amor que busca ir más allá de nuestro entorno, ya que no se refiere ni a nuestra pareja, ni a nuestros amigos ni a nuestra familia, ni tan siquiera a aquellas cosas que amamos –la música o la naturaleza–, pues se dirige a aquellos que nos rodean pero que no conocemos. Es un amor capaz de anidar en los extraños».

Tras esta consideración, Comte-Sponville concluyó lanzando dos dardos filosóficos más: «Lo que enamora es una idea. La idea de ti, la idea de uno, no lo que uno es y por eso la pasión inicial de una relación está condenada a morir» y «no podemos educar en que la felicidad es lograr lo que no se tiene, sino regocijarse en lo que se es; en lo que se tiene. Una sociedad que entiende por felicidad el alcance de aquello de lo que se carece está abocada a la frustración y al desencanto».

 

El autor

Comte_Sponville_Andrebyn«La vida nos obsesiona», afirma André Comte-Sponville, uno de los filósofos franceses más brillantes y apreciados tanto dentro como fuera de su país, el hombre que considera que el filósofo es aquel que intenta aprovechar su razón para pensar y hacer pensar en una vida mejor.

Filósofo racionalista y profundamente humanista, a partir de los 18 años se declaró ateo y comenzó a buscar respuestas sobre la religión y la espiritualidad en el seno de la filosofía y, más concretamente, en la tradición materialista. Catedrático de Filosofía de la Universidad de La Sorbonne de París, hace once años dejó la docencia para dedicarse exclusivamente a la literatura. Habitual colaborador de medios de comunicación franceses, como Libératión, y miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética francés, es autor de más de una decena de libros.

 

Ni el sexo ni la muerte

Tres ensayos sobre el amor y la sexualidad

André Comte-Sponville

Traductora: Alicia Capel

Paidós

319 páginas