El Teatro Romano es, sin duda, el monumento más representativo de Mérida. Y, por extensión, también es el escenario más emblemático de la larga trayectoria de su Festival Internacional de Teatro Clásico, que se desarrolla en él desde 1933. A día de hoy, sigue siendo un lujo poder disfrutar de una representación teatral en una noche de verano en el mismo lugar donde ya se hacía hace más de dos mil años.

Y es que, según consta en una inscripción realizada en el propio teatro, su construcción se produjo entre los años 15 y 16 a.C. por instancia del cónsul Maco Vipsanio Agripa.