La historia del Teatro Real Coliseo de Carlos III está unida al Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, que comienza cuando un rey, Felipe II, concibe la idea de la construcción de un monasterio. El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, catalogado hoy como Patrimonio de la Humanidad, fue el centro político del imperio del monarca y el eje vertebrador de un municipio que alberga un patrimonio histórico y artístico único e irrepetible por su valor y majestuosidad.

Fue el rey Carlos III quien emprendió una auténtica revolución desde arriba. La arquitectura fue uno de los frentes que abordó la corte. Así, la construcción del Real Coliseo se resuelve en un año y a partir de entonces albergará a la Corte y a sus ilustres invitados, especialmente en los sublimes periodos otoñales de San Lorenzo de El Escorial, estación escogida por el monarca para sus estancias temporales. Se crean entonces las Compañías de los Reales Sitios, encargadas de girar un repertorio que recorría los citados teatros de corte. Se oficializan pautas para el buen funcionamiento de los teatros e instrucciones para el decoro.