Con la contención, sobriedad y elegancia habituales en su filmografía, así como su característico punto de frialdad, Härö recupera esta figura olvidada, hermanada con otros héroes que, al ayudar a sus paisanos, se jugaron comodidad y existencia, para, a través de un retrato poderoso de coraje civil y resistencia moral, acercarnos a una historia desconocida, humana e inquietantemente actual, que invita a reflexionar sobre la responsabilidad individual frente a la injusticia.

Helsinki, 1942. Mientras Finlandia mantiene una peligrosa alianza con la Alemania nazi, un solo hombre se enfrenta al sistema. Abraham Stiller (magnífico Ville Virtanen en su papel protagonista), empresario y figura clave de la comunidad hebrea del país nórdico, tras descubrir que, en secreto, los servicios de seguridad finlandeses están entregando a refugiados judíos a la Gestapo, decide arriesgar su vida para impedirlo. Solo y guiado por su conciencia, inicia una peligrosa carrera contrarreloj para detener esas deportaciones encubiertas.

Responsable de títulos como La clase de esgrima, Cartas al padre Jacob, El artista anónimo o La canción del marinero, Klaus Härö (Porvoo, 1971) es uno de los cineastas nórdicos más respetados de su generación. Su mirada, empática y comprometida, ha sido elogiada internacionalmente por mostrar el lado más íntimo de los grandes conflictos del siglo XX.

Never Alone (nunca más) es su proyecto más ambicioso, en el que ha invertido 15 años. Una entrega que conecta con su deseo de explorar las zonas grises de la conciencia humana: «A veces, incluso intentando hacer el bien, uno puede empeorar las cosas». Härö continúa reivindicando el cine como espacio de empatía, reflexión y emoción: «El público va al cine para entretenerse, pero puede hacernos más sabios si nos ayuda a entender mejor a los demás».

Hábil y tenso retrato entre la razón de Estado y los derechos del ser humano como individuo, la película remite al gran cine de memoria histórica sobre un período execrable. ¿Cómo olvidar La lista de Schindler, El pianista, Sophie Scholl. Los últimos días, Vida oculta o, entre un buen puñado de títulos marcados por el dolor y el respeto a lo trágicamente acaecido, El ministro de propaganda?

Klaus Härö creció en una familia finlandesa de habla sueca y estudió dirección y guion en la Universidad de Artes Industriales de Helsinki. En 1993 rodó su primer cortometraje, Johannes, 10–11 Years Old. Desde entonces, ha escrito y dirigido 10 largometrajes. Fue Ingmar Bergman quien le otorgó el Premio de las Artes Nórdicas en 2003. Al año siguiente recibió el Premio Estatal de las Artes de Finlandia.

Reconocido por su sensibilidad humanista y su capacidad para narrar historias íntimas con resonancia universal, ha desarrollado una trayectoria que lo ha llevado a que cuatro de sus filmes hayan sido seleccionados para competir, representando a su país, por el Óscar a la mejor película internacional.