Por todo ello, Festiclown Palestina 2014 se propone la tarea de “llevar la risa” a colegios, hospitales, teatros, centros sociales y calles de Jerusalén, Ramala, Nablus y Belén. “Con nuestro escudo, que es una nariz roja, decimos que el pueblo palestino no está solo”, destaca Iván Prados, director del encuentro. Esta edición se centra sobre todo en ayudar a los niños palestinos hospitalizados en Cisjordania, huidos de la franja de Gaza durante el último conflicto.

El elenco de este año está compuesto por actores, humoristas, circenses y músicos nacionales e internacionales. Junto a Iván Prados, Pepe Viyuela y Mr Kilombo viajarán el escocés Johny Melville, la compañía brasileña de circo y teatro Traço, los españoles de Kanbahiota, Pablo Muñoz y David Cebrián, la italiana Laura Mandarina y el argentino Marcelo González.

Monólogos, actuaciones callejeras, espectáculos de circo, magia, teatro, y música, así como talleres de formación en técnicas circenses y en risoterapia, recorrerán Cisjordania para ayudar psicológicamente a los más de 300.000 niños. “También queremos ayudar a enfermeras, médicos y a personas que tienen familiares en la cárcel y necesitan verdaderamente de este chute de esperanza e ilusión”, explica Iván Prado.

Risa, motor de cambio

Los participantes de la II edición creen en la fuerza transformadora de la risa y en el poder de la risoterapia para paliar los traumas psicológicos derivados de la violencia a la que se somete a la población civil en las zonas de conflicto. “La risa nos da la capacidad de sublimar los problemas, los pensamientos, de ampliar nuestra realidad… de cambiar nuestra manera de ver el mundo”, explica Prado.

El circo y la risa han sido históricamente fuertes instrumentos de transformación social y el humor, sin duda, es una de las principales herramientas de inspiración, crítica y denuncia política. “¿Quién mejor que un pequeño grupo de payasos como nosotros puede hacer ésto?”, se pregunta Leo Bassi. “Como es humor lo que sabemos hacer es lo que vamos a hacer”, afirma Pepe Viyuela.

Puede que el aleteo de la mariposa traiga vientos favorables a los palestinos. Hasta entonces, los payasos, “capaces de ver la humanidad en los ojos de su público”, en palabras de Iván Prado, irán “al corazón del monstruo a llevar una bandera de esperanza”, eso sí, siempre con la risa como estandarte.

Los orígenes de un festival

La I edición del Festiclown Palestina, que tuvo lugar en Cisjordania en el año 2011, fue el primer festival de payasos celebrado en el mundo árabe. La iniciativa surgió desde Pallasos en Rebeldía, una asociación cultural y de cooperación internacional fundada en 2004 que se encarga desde entonces de promover la cultura circense y llevar la risa a zonas de conflicto como las comunidades de Chiapas (México), las favelas de Río de Janeiro (Brasil), las comunidades indígenas de Chile o los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia).

En el año 2009 una caravana de Pallasos en Rebeldía viajó a Gaza y la gran acogida les sirvió de aliciente, devolviéndoles el optimismo y la vitalidad que necesitaban para que Festiclown Palestina pudiera hacerse realidad dos años después.