Los desnudos del Thyssen-Bornemisza reflejan sensualidad y erotismo, cuentan historias reales o imaginadas, mitológicas o bíblicas… en ocasiones violentas, en otras muestran tentación y deseo, celebración y pecado, placidez o tensión, en los que ellas posan de pie, sentadas o recostadas.

Ahora bien, todas comparten otro rasgo en común que las distingue de otras obras de temática similar de otras grandes pinacotecas: son las protagonistas de la campaña de concienciación Busca la diferencia por el cáncer de mama, que comienza coincidiendo con el Día Internacional de la enfermedad, que se celebra este lunes, 19 de octubre, y que este año promovemos desde Roche, con el apoyo inestimable del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, junto con la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), que representa a más de 45.000 afectadas por este tumor en nuestro país, el más frecuente en la población femenina.

¿Pero qué han hecho realmente por el cáncer de mama la ninfa de la fuente de Cranach, la mujer que sueña de Franz Marc o la joven de Bordone que se baja lo justo el vestido? ¿Qué han hecho la Venus de Rubens y la de Saraceni? ¿Qué es exactamente lo que ha hecho por la enfermedad la Eva que pintó Baldung o la de Gossaert, aparte de compartir escena cada una de ellas con su respectivo Adán en cuadros que son magníficos estudios del desnudo femenino?

Pues todas ellas y otras más, hasta sumar una docena larga, se han duplicado para la ocasión y cada copia del original ha experimentado cambios muy ligeros para que juguemos a identificarlos: puede ser un brazalete de perlas o un anillo, un mechón de pelo o el propio ombligo, el agua de una fuente que deja de manar o la desaparición de un jarrón.

Todo ello con un objetivo, el de invitarnos a jugar buscando esas diferencias y darnos, con cada acierto, información sobre el cáncer de mama, sobre cómo reducir el riesgo de desarrollarlo, sobre la importancia de su diagnóstico precoz y la necesidad de seguir avanzando frente a la enfermedad metastásica y de que se aborde siempre por un equipo multidisciplinar, entre otros muchos datos y consejos.

¿Jugar al tiempo que se disfruta del arte y nos concienciamos sobre la enfermedad? Sí, primero porque el mejor arte es único como única es cada paciente y, segundo, porque eso es precisamente lo que hace cada día la investigación oncológica: buscar diferencias, poder, como dice el doctor Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de SEOM, profundizar en una investigación cada vez más diferenciada de los tumores, esa misma que hace posible que ya no se considere el cáncer como un todo uniforme, sino como enfermedades muy diversas que comparten características comunes.

Sabemos que no hay dos pacientes iguales por muchos motivos pero uno de ellos es la biología del tumor; profundizar en su conocimiento es clave para que se trate en función de sus peculiaridades genéticas, porque eso se traduce, en suma, en más casos de curación, control de la enfermedad, calidad de vida y supervivencia.

Siempre merece la pena acercarse al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza; si lo hacen en estos días apuren el tiempo deleitándose frente a Venus y Cupido de Rubens. Luego anímense a tratar de recordar los detalles modificados del cuadro con los juegos de la campaña Busca la diferencia: disfrutarán más del arte del genio del Barroco y, además, tomarán conciencia del valor de seguir investigando frente al cáncer de mama.

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