Rodada en los agrestes, majestuosos, paisajes de la costa escocesa, la película cuenta con las interpretaciones protagonistas del propio pintor, actor y realizador belga Bouli Lanners (Moresnet, 1965) y Michelle Fairley, ambos, gracias a su entregada actuación, ganaron los premios a mejor actor y mejor actriz en el Festival de Toronto y en el de Chicago. El filme, además, fue nominado a mejor película y obtuvo el premio del jurado en La Roche-sur-Yon International Film Festival y el de mejor fotografía en Ostende.

Desdibujando fronteras: las que fluctúan entre la verdad y la mentira, las que hablan de la atracción como un impulso insoslayable, las que anidan en los secretos, en los arrepentimientos, en los deseos y sueños, y, por encima de cualquier otras, las que circunscriben, o vanamente lo intentan, la fuerza arrebatada del amor a determinadas edades, Un amor en Escocia se vale de un pulso cinematográfico lleno de comprensión para acercarnos a una historia repleta de vida.

Tras una existencia compleja y ya cumplidos los sesenta Phil (Bouli Lanners) decide exiliarse para formar parte de una pequeña comunidad en la isla de Lewis, en el norte de Escocia. Una noche sufre un ictus que le hace perder la memoria. Tras ser tratado en un hospital del continente regresa a la isla. Allí encuentra a Millie (Michelle Fairley), una mujer que ronda los cincuenta y que se ofrece a cuidarle. Mientras él intenta recuperar sus recuerdos, ella afirma que estaban enamorados y mantenían una secreta relación antes de su accidente…

Reconocido en el cine belga y francés de los últimos años, Lanners ha desarrollado una carrera de director paralela a la de actor que ha sido muy bien recibida por la crítica y el público. Ultranova (2005), Eldorado (2008), Les Géants (2011) y Les Premiers Les Derniers (2016) le han consagrado como un creador de un potente universo cinematográfico cargado de una muy personal y melancólica  humanidad.

En relación al origen de la historia, el director comenta: “El proyecto nació de una vieja fantasía que tengo desde hace veinte años. Filmar una película en Escocia, un país que me encanta y al que voy todos los años. Le doy mucha importancia a los escenarios y paisajes, y sentí que había algo muy poderoso en la isla de Lewis. Mi primera intención era rodar una historia de detectives. Y luego, una vez que me puse a escribir el guion, mientras escuchaba la canción Wise Blood de Los Soulsavers y miraba los paisajes, me di cuenta de que no era una historia de detectives lo que quería hacer, sino una de amor. Ese era otro de los propósitos que tenía desde hace tiempo, pero sin sentirme tampoco legitimado para hacerlo. Tal vez porque sentía que aún no estaba preparado para atreverme a hablar de amor. No hay nada peor, a mis ojos, que una historia de amor fallida. Una comedia fallida ya es mala, pero una historia de amor fallida es atroz. Pero al poner en escena un romance con personajes de más de cincuenta años podía proyectar algo más personal en él, así que me atreví a escribirlo. De hecho, una historia de amor se puede vivir a cualquier edad y, en realidad, por fin me he convertido en un hombre, y por fin puedo empezar a tener cierta perspectiva sobre el amor y las relaciones”.

Dicho y hecho. El resultado es una atractiva propuesta que bascula entre el drama y la comedia romántica para incidir en que ninguna edad ni circunstancia está exenta de la arrebata fuerza de la pasión.

Un amor en Escocia

Dirección: Bouli Lanners

Guion: B. Lanners

Intérpretes: Michelle Fairley, B. Lanners, Andrew Still, Cal Macaninch, Clovis Cornillac, Julian Glover

Fotografía: Frank van del Eeden

Música: Pascal Humbert, Sébastien Willemyns

Francia, Bélgica, Reino Unido / 2021 / 99 minutos

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