Pan de limón para recuperar lo perdido

Con vidas muy diferentes, Marina (Elia Galera) y Anna (Eva Martín) se reencuentran en Valldemossa, el pequeño pueblo del interior de Mallorca en el que vivieron su infancia, para vender el obrador de pan y la vivienda anexa que acaban de heredar tras la muerte de una misteriosa mujer a la que creen no conocer. Una mítica cocinera que elaboraba un pan de limón con semillas de amapola muy celebrado por las gentes del lugar.

Marina y Anna fueron separadas en su adolescencia. No se veían desde entonces. La primera ha recorrido el mundo como médico de una ONG. Acude a la isla desde África, en donde prestaba servicio como ginecóloga. Por su parte, Anna apenas ha salido de Mallorca y sigue casada con un hombre violento al que hace tiempo que no quiere. Mientras intentan descubrir los secretos que encierra su enigmática herencia, ambas tendrán que hacer frente a viejos conflictos de familia e intentar recuperar los años perdidos.

La película está protagonizada por una sobria y convincente Elia Galera y una también muy creíble Eva Martín. Completan el reparto, Mariona Pagès, Marilú Marini, Tommy Schlesser,Claudia Faci y Pere Arquillué.

Entronca Pan de limón con semillas de amapola con el habitual foco de Zambrano sobre relatos que tienen a la mujer como eje. De hecho, la dedicatoria del filme, “a las mujeres de mi tribu“, responde a esa querencia. “Me interesa lo que pasa por la cabeza y la vida de esa mujer comprometida que arrastra una infancia rota. Y a su hermana que, aunque supuestamente lo tiene todo, en realidad no tiene nada. Una historia de crecimiento, de superación, de cicatrizar heridas, de mujeres maduras e inteligentes reivindicándose”, afirma el realizador de este relato sobre la amistad, la maternidad, la ausencia y los secretos.

Una película de emociones contenidas, de relaciones que se quedaron aguardando en el pasado y de misterios de familia. Pero, sobre todo, un relato sobre un grupo de mujeres que con decisión, libertad y valentía deciden tomar las riendas de su vida.

Directa al corazón, Pan de limón con semillas de amapola pondrá un nudo en la garganta de no pocos.