Tokyo godfathers

Tres vagabundos de Tokyo encuentran un bebé abandonado. Un argumento así podría dar lugar a una película sensiblera hasta el empalago, pero tras ella se encuentra Satoshi Kon, desaparecido maestro de la animación nipona, así que el espectador puede estar tranquilo. De este modo, lo que podía haber sido otro subproducto navideño se convierte en una historia cargada de humor, acción y giros de guion (marca de la casa de Kon).

Transexuales con fuertes instintos maternales, borrachos con cuentas pendientes, fugitivas menores de edad y la psicopatía que estas fechas agudiza son algunos de los ingredientes de esta historia de padrinos insospechados que, con todo, se reserva una parcela de ternura.

No controles

La segunda película de Borja Cobeaga tuvo menor aceptación que su ópera prima, Pagafantas. Sin embargo, el resultado era tan cómico como su predecesora. En esta, una fuerte nevada ha obligado a los pasajeros de un avión a pasar la Nochevieja en un hotel de carretera. Por si la situación no fuera lo bastante penosa, uno de ellos toma la decisión de reconquistar a su ex novia, también en el hotel, antes de que se vaya a Alemania. No estará solo: le acompañan un amigo de la infancia cuya meta es ser un humorista famoso, un separado que viene cabreado de Punta Cana y un empleado del hotel que no tiene con quien celebrar la Nochevieja.

Algo más de hora y media llena de situaciones ridículas y chistes con buenas dosis de mala leche. En el reparto, además de Unax Ugalde y Alexandra Jiménez como pareja protagonista, un Secun de la Rosa con la sartén por el mango y un Julián López alcanzando altas cotas de comicidad. Si a esto le sumamos el hecho de que una película sobre vuelos cancelados llamada No controles se estrenó durante la huelga de controladores aéreos de 2010, la cosa no hace sino mejorar.

Four rooms

Cuatro directores. Cuatro historias. Cuatro habitaciones. Allá por 1995, Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino se reunieron para dar forma a esta película colaborativa que narra las desventuras del pobre botones de un hotel durante una Nochevieja muy agitada. Tim Roth, que daba vida al desgraciado protagonista, se movía de habitación en habitación sin saber lo que le aguardaría al otro lado de la puerta. Bruce Willis, Antonio Banderas, Lili Taylor, Madonna y el propio Tarantino son solo algunos de los intérpretes que entran y salen en estas cuatro piezas cargadas de humor negro.

Un aquelarre de sensuales brujas, una perturbadora escena de matrimonio, unos niños maleducados hasta el extremo y una apuesta completamente delirante son las cuatro situaciones a las que ha de hacer frente el pobre botones Ted. Cuatro historias con elementos que las relacionan entre sí y cuya calidad va en ascenso a medida que avanza el metraje. No es casual el orden de los autores.

Gremlins

Cuando Joe Dante presentó en 1984 esta película, nadie podía creer que alguien fuera incapaz de cumplir normas tan sencillas como evitar que a un bicho le diera la luz del sol, que se mojara y que comiera después de la medianoche. Sin embargo, así fue, dando lugar a una producción mítica. Por si no fuera lo bastante delicado regalar una mascota como presente navideño, el padre de nuestro protagonista opta además por elegir una criatura exótica.

Obviamente, el asunto se lía y acaban surgiendo estos gremlins, unos bichos reptilianos con querencia a armar altercados. El resto es historia del cine ochentero.

Jungla de cristal

Bruce Willis ha sido un psicólogo fantasma, un perforador que salva el mundo y un guardia de seguridad que no puede sufrir heridas, pero si hay un papel por el que siempre será recordado es el del expeditivo policía de origen irlandés John McClane. En 1988 aparecía por primera vez en nuestras pantallas este fantástico personaje, que trataba de reconciliarse con su ex esposa en una fiesta navideña de empresa. El problema estaba en que doce terroristas decidían autoinvitarse al evento.

Al bueno de McClane no le quedaba otra que enfrentarse a todos ellos, recorriendo de arriba abajo el rascacielos donde tenía lugar la fiesta para eliminar uno por uno a los secuaces de Hans Gruber, el villano de la función. Disparos, sudor y frases históricas en una joya incontestable del cine de acción. No hay nada más navideño que Alan Rickman leyendo sobre un cadáver «Ahora tengo una ametralladora. Jo, jo, jo».

El día de la bestia

En 1995, Álex de la Iglesia firmó la que sería su obra cumbre, un relato quijotesco sobre la venida del anticristo protagonizado por unos brillantes Álex Angulo, Armando De Razza y Santiago Segura. Pocas películas navideñas tienen tanta mala leche y genialidad como la que destila esta joya. Una inversión total a los valores tradicionales de estas fiestas, con imágenes que se graban inmediatamente en la retina y que han pasado a formar parte del imaginario colectivo. Pasar ante el madrileño Edificio Capitol y no ver al trío protagonista jugándose la vida sobre el luminoso de Schweppes es imposible.

Por su acción desenfrenada, sus diálogos memorables y lo irónico que resulta en este contexto de crisis cuál es el epicentro del mal en la historia, merece un puesto de honor en esta lista. Si solo pueden ver una película esta Navidad, que sea esta. Dejen de lado los horribles especiales navideños y abandónense al Maligno. «Esta noche nos comemos al resto de las cadenas. ¡Todas dando villancicos y nosotros con el demonio!».