Creativa desde la primera secuencia, aquella en la que la protagonista dispara una flecha a una torre del tendido eléctrico, la mujer que da nombre a la película se llama Halla, ronda los 50 años y dirige un coro en una ciudad de la helada Islandia. Oficialmente eso es, pero hay más porque su compromiso con la naturaleza la lleva a declarar una abierta guerra contra aquellos que la ponen en peligro personificados en la industria del aluminio.

Dispuesta a todo, Halla asumirá los riesgos que sean precisos, encontrando en su camino entrañables aliados y, por supuesto, siendo perseguida con perseverancia por la policía. Así las cosas, en esa doble condición de afable profesora de canto y terrorista medioambiental, su hasta entonces inamovible decisión se tambalea cuando le comunican oficialmente luz verde a la adopción largamente esperada de una pequeña.

«Esta película –afirma su director– está destinada a ser un cuento heroico en nuestro mundo en inminente amenaza. Un cuento heroico contado como una aventura. Un cuento de hadas contado con una sonrisa. Nuestra heroína es una especie de Artemisa, protectora de los intactos y los salvajes. Sola, frente a un planeta que cambia rápidamente, asume el papel de salvar a la Madre Tierra y sus generaciones futuras. A través de nuestro punto de vista, muy cercano al de nuestra heroína, accedemos a su vida interior».

Esas intenciones alberga también la actriz protagonista, Halldóra, de potente presencia ante la cámara, que se declara activista convencida: «Es necesario serlo si queremos cambiar el mundo. Hablamos de asumir responsabilidades por el planeta que vamos a dejar a las generaciones futuras».

Rodada con la elegancia que Erlingsson había mostrado ya en De dioses y hombres, su primer filme, La mujer de la montaña acomete con un atrevimiento que acaso no sea bien comprendido por todos, alguna secuencia, como la recurrente presencia de los músicos que interpretan la banda sonora y que puede caer en una cierta artificiosidad. Pero, salvado ese pequeño pero, la película discurre con fluidez y lleva al espectador a la reflexión y al entretenimiento inteligente.

La mujer de la montaña

Dirección: Benedikt Erlingsson
Guion: Benedikt Erlingsson y Ólafur Egill Egilsson
Intérpretes: Halldóra Geirhardsdóttir, Jóhann Sigurdarson, Juan Camilo Román Estrada, Jórundur Ragnarsson
Fotografía: Bergsteinn Björgúlfsson
Música: Davíð Þór Jónsson
Montaje: David Alexsander Corno
Islandia, Francia, Ucrania
2018/100 minutos
Avalon