El de Un hombre solitario es uno de esos casos de películas que llegan con retraso a la cartelera española. Lo curioso de la cinta dirigida por Brian Koppelman y David Lemien es que su protagonista es una estrella de Hollywood. Michael Douglas es ese hombre solitario del título, un divorciado bien entrado en los cincuenta al que su recuperada soltería y un diagnóstico médico poco halagüeño hacen perder la cabeza.

Escrito para el lucimiento

El ganador de dos Oscar se mete en la piel de uno de esos papeles escrito para que el actor, siendo el adecuado, se luzca con cada línea de texto. Ben Kalmen hace gala de cierto talento para conquistar a las mujeres, sin importar su edad. Presume de sus capacidades para seducir y no duda en dar lecciones a todo aquel, en este caso Jesse Eisenberg, que esté dispuesto a seguir sus consejos.

Pero su afición a las faldas, su egoísmo y su incapacidad para el compromiso tras su divorcio de Susan Sarandon, acaban pasándole factura. Una aventura con la hija adolescente de su flamante e influyente novia, a la que interpreta Mary-Louise Parker, lo colocan en la picota. Cuando ella se entera de lo ocurrido por boca de su hija, no duda en dar al traste con las aspiraciones empresariales de su ya ex pareja. Ella es quien tenía los contactos. Sin su agenda, Kalmen no es más que un señor mayor, con mucho sex-appeal pero ningún futuro.

El desliz de un Peter Pan

Un desliz le cuesta su vida profesional, pero también la personal, cayendo en una espiral de autodestrucción que hace aflorar lo peor de sí mismo.

Douglas capta la esencia del personaje y convierte una comedia agria que podría pasar sin más en una película de interés para conocer, un poco más, la psicología del ser humano. Aunque no todo lo relacionado con este Peter Pan del ligoteo es negativo. Aunque no se cuente en la película, al menos no directamente, algo tuvo que hacer bien para que su ex esposa y su hija le sigan adorando y dando oportunidad tras oportunidad.

Estrenos de la semana

  • 2 Guns, de Baltasar Kormákur.
  • Un hombre solitario, de Brian Koppelman.
  • Las manos de mi madre, de Mireia Gabilondo.
  • Kon-Tiki, de Joachim Rønning y Espen Sandberg.
  • La espuma de los días, de Michel Gondry.
  • Serrat y Sabina: El símbolo y el cuate, de Francesc Relea.
  • Viaje a Surtsey, de Miguel Ángel Pérez Boronat y Javier Asenjo.