Late vida en esta historia inspirada en la del coguionista Akin Aksu que relata a lo largo de tres horas (los 188 minutos de metraje pueden antojarse excesivos)  las andanzas del joven Sinan, un apasionado de la lectura que alberga desde siempre el sueño de ser escritor.

Cumplido su ciclo formativo, el protagonista regresa al pueblo donde nació  e intenta reunir el dinero suficiente para publicar El peral salvaje, la novela que está convencido va a suponer su triunfal debut en la literatura. Pero las cosas no son tan sencillas y las deudas que acumula su padre, un ludópata empedernido, condicionan todos sus sueños.

Formado en Inglaterra y Francia, Ceylan debutó en los 90 con el cortometraje Koza, que rápidamente corrió de festival en festival para anunciar que detrás de aquellas imágenes emergía un realizador de talla. Algo que corroborarían después títulos como Lejano, en 2002, que logró más de veinte premios convirtiéndose en la más galardonada de la historia del cine turco. Los climas en 2006, Tres monos, dos años más tarde, y en 2011, Erase una vez en Anatolia.

Ahora presenta su octavo largometraje, el más ambicioso hasta la fecha, que viene arropado por su excelente acogida en festivales como Cannes y Sevilla. «Mi intención ha sido describir un amplio mosaico de personajes con la mayor autenticidad y rigor», afirma el director. «En mi país tenemos un dicho: ‘Todo lo que el padre esconde aparecerá un día en el hijo’. Nos guste o no, nada podemos hacer para impedir que heredemos algunos rasgos de nuestros progenitores, algunas de sus debilidades, sus costumbres y una multitud de otros detalles. El inevitable deslizamiento de un hijo hacia el mismo destino que vivió su padre se describe a través de una serie de dolorosos acontecimientos”.

Como es habitual en su obra, un guion de orfebre, en el que los diálogos se configuran como parte esencial del conjunto, va llevando al espectador al terreno que el cineasta busca, que no es otro que radiografiar una sociedad que se debate entre la realidad y el deseo.

El título de la cinta explica buena parte de los propósitos de su responsable: «El protagonista es escritor. Todos los escritores se sienten solos, incomprendidos, aislados. Se avergüenzan de sus raíces y así, su carácter se vuelve amargo. De ahí nace el título del film. El peral silvestre no es un árbol frutal bonito, sus frutos son amargos, son solitarios, no necesitan agua, sobreviven en terrenos áridos en los que otros árboles se mueren».

Desde esa idea la película crece y en ese choque paterno-filial, dos mundos que se desprecian  y al tiempo se necesitan, florece una contundente propuesta que entre asperezas y ternuras, nos reconcilia con los personajes que, a su vez, acaban por comprenderse entre sí.  

El peral salvaje

Dirección: Nuri Bilge Ceylan

Guion: Akin Aksu, Ebru Ceylan, N.B. Ceylan

Intérpretes: Aydin Dogudemirkol, Murat Cemcir

Turquía, Francia, Alemania, Bulgaria, Suecia, Bosnia-Herzegovina

2018 / 188 minutos

Síguenos en Facebook, Twitter y YouTube. 150.000 lectores de todo el mundo ya lo hacen.