Dirigida por Rémi Bezançon y Jean-Christophe Lies, Zarafa es la propuesta europea de este género más ambiciosa de la historia, con un presupuesto que superó los ocho millones de euros y un equipo artístico de más de 250 profesionales.

Rescata Zarafa la vieja tradición oral de contadores de historias. De hecho es a través de la narración del anciano, que les habla a los pequeños de la aldea bajo la sombra de un inmenso baobab, como sabemos de la amistad entre Maki, un chaval de 10 años, y Zarafa, el animal que debe ser entregado en Francia y que Maki, arriesgando su vida, se empecina en devolver a su hogar.

Aventura y más

La tercera pata de la historia la encarna el beduino Hassan, encargado de custodiar el traslado hasta Francia. El viaje marca la narración. Un larguísimo trayecto entre Sudán, la sabana y el desierto, y las destartaladas callejas del París del siglo XIX, con escalas en Alejandría, Marsella y las cumbres nevadas de los Alpes. Algunos de los paisajes que vemos son los más logrados que haya recogido el cine de animación

La aventura está servida, y los peligros también, con formas tan distintas como lo salvaje que se esconce en la propia naturaleza, los piratas y los traficantes de esclavos.

Pero juntos, muy unidos, Maki y Zarafa lo superaran todo. «No le hagas caso a la cabeza, déjate llevar por el corazón», es la frase que resume el mensaje de esta lograda historia sobre la amistad, el sacrificio y el entendimiento.

Europa animada

No hay en Zarafa 3D animación digital ni grandes alardes técnicos y, sin embargo, sencilla, que no simple, y llena de vida, alberga una de las animaciones de los últimos años que llegan más al espectador. Demuestra con claridad que, con talento y medios, también se pueden hacer grandes películas de animación en Europa.

Esta forma de cine y este mercado no son exclusiva de norteamericanos y japoneses. En los últimos años, desde Francia nos han llegado obras tan interesantes como Bienvenidos a Belleville, El Ilusionista o Kirikú y aquí mismo, en España, se han gestado contribuciones tan notables como Arrugas, Chico & Rita o Las aventuras de Tadeo Jones. Bienvenidas todas.

Jirafa real

Como constatan los historiadores, Zarafa existió y fue la primera jirafa que llegó a Francia. Fue enviada en 1826 por el pachá de Egipto al rey Carlos X y llegó a París tras un largo viaje durante el que fue alimentada con la leche de tres vacas. (En la película ese viaje se acorta al hacerlo en globo, una licencia narrativa).

Su llegada a París fue un auténtico acontecimiento que convocó a más de 600.000 visitantes durante sus primeros meses. Y suscitó una auténtica jirafomanía. Se vendían todo tipo de artículos con su retrato, desde cerámica, abanicos, tabaqueras, vestidos, papel pintado, se le dedicó una obra de teatro de vodevil, e incluso inspiró un peinado para damas. Fue el primer ejemplo de merchandising animal.

Zarafa murió en 1845 sin dejar descendencia. Sus órganos y parte del cráneo se pueden contemplar en el Museo de París. Sobre su piel hay dudas, aunque en el estreno de la película se apuntó que al menos parte de ese tejido es el de la jirafa disecada que, en la actualidad, alberga el Museo de La Rochelle.

 

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Zarafa

Directores: Rémi Bezançon, Jean-Christophe Lie

Guionistas: Rémi Bezançon, Alexander Abela

Animación / Francia / 2012/ 78 minutos