Diplo fue uno de los productores de los 2000s, un coolhunter de ritmos globales como el favela-funk, el dancehall o el reguetón; su estilo marcaba tendencia por lo que el mainstream quiso adoptarlo en su regazo con proyectos con Beyoncé, Justin Bieber o el caso que nos atañe, Usher.

Usher Terrence Raymond IV era un absoluto superventas, llevaba desde los años 90 triunfando con su R&B de radiofórmula, se atrevía con el crunk, el pop o el soul, y el público siempre respondía. Diplo era consciente que un nuevo soul estaba naciendo con artistas como The Weeknd o James Blake, así que como buen captador de tendencias aplicó esta nueva fórmula a su colaboración con Usher en «Clímax». El resultado no defraudó; una composición de «tormenta silenciosa» (un romántico y jazzy R&B contemporáneo) con una fría base electrónica en la que se apoya un pletórico Usher.