Obra Negra es una evolución de tu anterior trabajo, La línea de sombra, ¿cuáles han sido las claves de este proceso?

En la exposición La línea de sombra había un diálogo entre tres elementos: las piezas fotográficas de gran formato de las intervenciones con pintura negra. Por un lado, la documentación de casas del Sahara pintadas con azul y rojo; por otro, toda la documentación fotográfica y los grabados que sirven de base para las piezas escultóricas y, por último, las piezas escultóricas en sí. Los tres bloques compartían protagonismo. En Obra negra, la pieza principal es una construcción escultórica que resume todo el proceso de trabajo sobre la ciudad de Vigo. Este proceso lo registré de nuevo con fotos de documentación de la ciudad y de pequeñas intervenciones realizadas con carbón. También realicé un vídeo recorriendo la ciudad. En este caso, los dos bloques documentales apoyan a la pieza principal que sintetiza todo el trabajo en una sola estructura.

¿Qué quiere contar con esta obra?

Es una construcción realizada con carbón. La escala es casi humana, de modo que existe una relación de realidad entre el público y la pieza. No es representación, sino una nueva forma que comienza con forma de construcción geométrica, con un tejado a dos aguas, y termina en una forma redonda, informe, más orgánica. Supongo que esta evolución en la estructura trata de recoger la experiencia propia con la ciudad en mi proceso de trabajo. Asimismo, trata de sintetizar símbolos de la ciudad como son las casitas con tejados a dos aguas y las formas cilíndricas de una antigua panificadora que domina la ciudad y nos traslada a su pasado industrial.

Siempre le han interesado los materiales. Antes utilizaba el hormigón y ahora siente predilección por el carbón, ¿qué es lo que le atrae de estos materiales tan industriales? ¿Seguirá experimentando con el carbón?

Los materiales son importantes para entender la forma. Son reales y trabajar con ellos me pone los pies en la tierra. También es importante para mí que sean materiales asociados al trabajo del hombre, nos remiten a una realidad social determinada, obrera, de construcción, energética, etc.

El carbón es un material con el que empecé a trabajar en China, donde es la base de su poder energético. Tiene muchas virtudes. Su color, o ausencia de color. Es un material «caliente» por la energía que contiene. Es también un material que lleva implícito su pasado vivo y la transformación hasta convertirse en sedimento mineral.

Un gallego trabajando sobre Vigo, ciudad donde creció, con este tipo de materiales, ¿se trata simplemente de un contexto o existe cierta añoranza del pasado industrial de la ciudad?

Obviamente existe una relación emocional con la ciudad. El hecho de llevar un material como el carbón, es un doble intento de dialogar con la ciudad, por un lado, desde el plano personal, por ser el material con el que yo trabajo, y por otro, por ser un material con un claro componente social e industrial, como lo es la ciudad de Vigo.

Busca la belleza en espacios industriales, en lugares o no lugares que aparentemente carecen de una “belleza ortodoxa”. Gabriele Basilico habla del nacimiento de un nuevo paisaje donde interesan volúmenes, edificios, espacios, cables… ¿considera que la mirada del público aprecia esa belleza escondida?

No sé bien lo que ve el público. Sí es verdad que hay una tradición, sobre todo fotográfica, que mira a esos lugares abandonados, con una belleza oculta. En mi caso, yo siempre he estado atraído por esos lugares, con los que me resulta más fácil dialogar. En el caso particular de Vigo y en el contexto de Galicia, encontramos una estética propia entre la espontaneidad de estructuras generadas por la gente sin un orden estético ni urbanístico y la sensación de abandono que muchas veces las acompaña. Podríamos aludir al, a mi modo de ver, poco correcto término del «feísmo». Un neologismo que se suele usar de manera despectiva y que suele decir más de quien lo emplea que del verdadero sentido de su significado. Bien, puede ser que yo me dedique a trabajar con «patitos feos», es verdad que encuentro en esos lugares y en esas estructuras «no ordenadas» una estética un tanto anárquica que me atrae irremediablemente. La presencia directa de la mano del hombre por encima de estéticas utópicas que no se corresponden con la realidad.

Utiliza la abstracción pero siempre muy ligada a la naturaleza, ¿necesita de lo conceptual para acercarse a la realidad?

No considero lo conceptual y lo abstracto exactamente lo mismo. Es verdad que en mi trabajo me ocupo constantemente de la relación entre realidad y abstracción. Jugando entre ambas. Toda abstracción está basada en la realidad y, por otro lado, para entender esa realidad, es necesario emplear el pensamiento abstracto. Con respecto a lo conceptual, me parece una buena herramienta de trabajo, pero no me considero un artista conceptual…

Sus primeros trabajos reflejan la obra de un fotógrafo, sin embargo su camino le ha llevado hacia otras formas de expresión. Supongo que la fotografía no cubría sus necesidades artísticas, ¿es así?

Considero la fotografía una fantástica herramienta de nuestro tiempo para trabajar. No veo la fotografía como un fin en sí mismo. Sí es cierto que mi trabajo lleva una fuerte carga icónica en su desarrollo y que la fotografía representa un útil muy importante para mí. Es la disciplina con la que pude acercarme al arte y pienso que siempre estará cerca. Creo que ya no hay esa distinción tan clara entre las diferentes prácticas artísticas, considero que todas deben de estar al servicio de la creación. Quizás yo, al haber tenido un aprendizaje autodidacta, salte de una a otra sin orden ni rigor, simplemente las uso en la medida que las voy necesitando para desarrollar el trabajo.

Suele decir que la fotografía de Alberto García-Alix, con quien ha compartido experiencias tanto profesionales como personales, no ha influido en su obra; sin embargo, observo cierta “marginalidad” en su trabajo (obras abandonadas, casas perdidas…) al igual que, de alguna forma, lo son los personajes del fotógrafo leonés. ¿Podría existir cierto sentimiento común?

Suelo decir que su fotografía no ha influido mi obra directamente, pero está claro que su amistad y su cercanía sí. Puede ser que compartamos una cierta melancolía en la mirada, quizás más fría y racional en mi caso. Creo que ambos tratamos de buscar como buenamente podemos (ahí me lleva mucha ventaja), una cierta verdad en las cosas y las personas.

Asimismo, su trabajo tiene algo que ver con la obra de Gordon Matta-Clark. Utiliza espacios olvidados o marginales, materializa sus ideas en esos lugares y siente fascinación por los diferentes materiales… ¿qué más le ha enseñado la obra de este artista?

Hay artistas como Matta-Clark en los que su biografía me resulta casi tan fascinante como su obra. En su caso, me interesa mucho cuál es el aliento que le empujaba a hacer lo que hacía, más que la formalización final de su obra.

¿Seguirá investigando sobre las transformaciones del espacio?

Supongo que sí, los caminos nunca se acaban, pero siempre puedes tomar otros nuevos…