La exposición El Legado Casa de Alba. Mecenazgo al servicio del arte, que acoge el CentroCentro del Palacio de Cibeles (Madrid) y cuya clausura estaba inicialmente prevista para el próximo domingo, 31 de marzo, ha sido prorrogada hasta el 21 de abril y, además, cuenta, como novedad, con una nueva pieza de gran valor histórico, el último testamento de Fernando El Católico, por primera vez accesible al gran público, en el que el rey declara como heredera de todos sus dominios aragoneses a su hija Juana I, que posteriormente los cedería a su hijo Carlos, el futuro emperador.

Ésta es la muestra más completa de la colección artística de la Casa Ducal, con cerca de 150 obras –la mayoría procedentes del Palacio de Liria (Madrid)– entre pinturas, esculturas, documentos históricos y manuscritos, piezas arqueológicas, joyas, mobiliario o trajes.

Desde que se inaugurara el pasado 30 de noviembre, la exposición ha recibido más de 140.000 visitantes. Se trata de la primera vez que se exhibe una selección tan amplia de la colección de la Fundación Casa de Alba y se han incluido obras nunca antes mostradas al gran público, como La duquesa de Alba de blanco, pintada por Francisco de Goya en 1795, y obras maestras de Tiziano, Murillo, Ingres, Renoir, Rubens, Ribera, Zurbarán y Zuloaga, entre otros.

También es la primera exposición que cuenta con la tabla de Fra Angelico La Virgen de la granada, obra maestra de este pintor y la mejor conservada, según la valoración de Philippe Montebello, ex director del Museo Metropolitan de Nueva York. Este centro solicitó hace cuatro años su inclusión en una muestra centrada exclusivamente en el pintor cuatrocentista italiano. En aquella ocasión, los especialistas desaconsejaron su traslado, de forma que los visitantes de la muestra neoyorquina no pudieron disfrutar de la obra. Se trata, además, del único cuadro en manos privadas de Fra Angelico.

Avatares de la historia

La exposición responde al objetivo de la Fundación Casa de Alba de acercar su colección al conjunto de la sociedad y también ejemplifica el trabajo de mantenimiento y restauración llevado a cabo por la Fundación, traducido en una inversión de más de dos millones de euros en la última década.

«Nuestra intención es compartir las obras y piezas que componen la colección con un público cada vez más entendido y más interesado por la cultura y la historia. Esta muestra nos permite dar a conocer diferentes obras y documentos que han sobrevivido a los avatares de la historia y que conforman el mayor tesoro del legado de nuestra familia. También es una extraordinaria oportunidad para que se conozca la constante y silente labor de mantenimiento y conservación de la Casa de Alba desde hace siglos», ha señalado Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Huéscar.

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Tres ámbitos

La exposición se articula en tres capítulos, que se complementan e interrelacionan: el primero, centrado en la relación de la Casa de Alba con la historia de España a través de los siglos; el segundo, dedicado a la labor de la familia como mecenas, y el tercer y último apartado, donde se reúnen las piezas más curiosas atesoradas a lo largo de los siglos gracias a las relaciones y costumbres sociales, personales y familiares de los sucesivos miembros de la Casa de Alba.

En el apartado histórico de la exposición destaca la colección de cartas autógrafas de Cristóbal Colón, la más extensa que se conoce. En ella se recogen detalles tan singulares como la preparación del primer viaje, el rol de marineros del mismo, en el que se encuentran los hermanos Pinzón, así como un dibujo de su mano de la silueta de la primera isla que descubrió: la Española.

Mecenazgo

Junto a los documentos colombinos, este capítulo de la exposición alberga: el nobiliario de Indias, fondo documental de cartas reales expedidas por la Cancillería de Indias concediendo escudos de armas a conquistadores, ciudades e indígenas; la Biblia de la Casa de Alba, traducción a lengua romance de la biblia hebrea, llevada a cabo en el siglo XV por el Rabí Mošé Arragel; una primera edición de El Quijote; y una colección de trajes reales que incluye uniformes de Alfonso XII, vestidos de Alfonso XIII y el uniforme que vistió el rey Juan Carlos en el día de su coronación en el Congreso.

Muestra de la tradición histórica de mecenazgo y apoyo de la familia a la cultura y al arte español, la exposición incluye cuadros como Paisaje con fortín y Paisaje con pastores, obras singulares del pintor José de Ribera, que contó con el conde de Monterrey como principal patrono.

El Legado Casa de Alba ha unido a la exposición piezas relacionadas con la vida social y cultural de la familia. Entre ellas, destacan los regalos de los emperadores de Francia, así como la colección de miniaturas, retratos íntimos de la familia.

Palabras del comisario: Pablo Melendo

Comisariar El Legado Casa de Alba, mecenazgo al servicio del arte ha supuesto un importante reto y un gran privilegio. La calidad, variedad de obras de arte con las que se ha podido elaborar un discurso que realce la historia y el mecenazgo de esta importante casa aristocrática ha permitido mostrar al gran público un excepcional conjunto de obras de arte que en muchas ocasiones, no han sido expuestas o vistas con anterioridad.

La exposición se ha articulado en tres capítulos, que se complementan e interrelacionan. En un primer apartado, centrado en la historia y las hazañas de la propia Casa de Alba, se han incluido los retratos de los más representativos miembros de la familia, así como de distintos miembros de la realeza, familiares y amistades.

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Entre ellos cabe destacar: el retrato del Gran Duque de Alba por Tiziano, el retrato de Carlos V e Isabel de Portugal, versión de Rubens del cuadro de Tiziano del Museo del Prado, el retrato de la Reina María Estuardo, de la escuela inglesa del siglo XVII, los retratos del XII Duque de Alba y la Duquesa de Huescar de Mengs -que se muestran por primera vez fuera del Palacio de Liria-, el busto de la XIII Duquesa de Alba de Juan Adán, el retrato del Príncipe imperial Euenio Luis Napoleón Bonaparte por Franz Xavier Winterhalter, el retrato de la XV Duquesa de Alba por Franz Xavier Winterhalter, el retrato de la marquesa de Lazán de Goya y los retratos de Zuloaga de los XVII Duques de Alba y su hija la Duquesa Cayetana, así como los bustos de los mismos realizados por Mariano Benlluire.

Entre las piezas pictóricas que se podrán admirar en esta exposición destaca también La duquesa de Alba de blanco, obra maestra de la producción retratista de Goya, el cuadro está pintado con una técnica segura, primorosa y delicada. En él, la duquesa posa de frente y con el brazo extendido señalando a sus tierras, según el prototipo de retrato aristocrático que mostraba el poder territorial de la nobleza.

También en este primer capítulo de obras que narran la historia de la Casa de Alba se han incluido obras religiosas, como la Biblia de la Casa de Alba y la Virgen del Maestro Virgo inter Virgines, de la colección del primer duque; la colección de cartas autógrafas de Cristóbal Colón, la más extensa que se conoce; el nobiliario de Indias, fondo documental de extraordinaria importancia de cartas reales expedidas por la Cancillería de Indias concediendo escudos de armas a conquistadores, ciudades e indígenas; y la colección de trajes del Rey llevados en el día de la Epifanía y entregados al Duque de Alba, tradición otorgada al Conde de Ribadeo, y de la que quedan los uniformes de Alfonso XII, Alfonso XIII y el uniforme que vistió SM el Rey el día de su coronación en el Congreso de los Diputados.

El capítulo segundo de El Legado Casa de Alba destaca la labor de mecenazgo de la Casa de Alba en la sociedad española, europea y  americana a los largo de los siglos. Se trata de una importante y complicada  labor de creación, formación, recuperación, protección, conservación y mecenazgo llevado a formar la excelente colección que podemos disfrutar hoy.

No sería posible abordar la labor de mecenazgo de la Casa de Alba sin mencionar también la figura del X Conde de Aranda, que llevó al máximo esplendor a la Real Fábrica de Cerámica y Porcelana de Alcora, fundada por su padre. Este proyecto, sin precedentes en España, importante desde el punto de vista económico y social, al igual de artístico y cultural, que no tuvo precedentes en la España ilustrada del siglo XVIII. Entre las obras que posee la Casa de Alba mostramos en esta exposición dos bustos del conde de Aranda, un busto de pasta tierna de Fernando VI y un jarrón de grandes dimensiones, una rareza dentro de la producción de la factoría.

Pero sin duda, la labor de mecenazgo de la Casa de Alba tiene sus frutos más destacados en la colección de pintura, donde destacan: La Virgen de la Granada de Fra Angélico, una obra única y que se expone por primera vez al gran público, el Camino al mercado de Rubens,Barcos en calma de Wilhem Van de Velde y el cuadro de Daniel Seghers de Artemisia, obra recuperada por el Duque Carlos Miguel, después de que saliera de la colección del marqués del Carpio.

El último capítulo de la exposición englobaría las obras de arte que se han acumulado gracias a las relaciones y costumbres sociales, personales y familiares, de los sucesivos miembros de la Casa de Alba a través del tiempo. El arte y la cultura como parte de la vida cotidiana, recuerdos y regalos, que son ejemplos de una importante y refinada vida social y familiar.

Mención especial, en este apartado merecen las donaciones al Convento de las Agustinas de Salamanca y al Colegio del Cardenal de Monforte de Lemos, la ingente actividad de mecenazgo y de coleccionismo llevada a cabo por del VII Duque de Berwick y XI de Alba, y la formación de una colección de arqueología, única en España, de la que tenemos ocasión de contemplar por primera vez seis cerámicas griegas y dos esculturas de primer nivel, una cabeza femenina y la cabeza de una herma.

En este grupo cobran especial relevancia los regalos de los Emperadores de Francia a sus hermanos los XVI Duques de Alba. Se muestran por primera vez los jarrones de Sevres regalo de bodas de los Emperadores a los Duques, así como dos tapices de gobelinos retratos de los Emperadores basados en los cuadros de Winterhalter que se conservan en el Museo del Louvre y diversos objetos de artes decorativas.

También cuenta con gran atractivo el cuadro costumbrista firmado por Castiglione que representa a la Emperatriz Eugenia en sus apartamentos en St Cloud. En el abigarrado interior descubrimos una deliciosa escultura femenina, que mostramos por primera vez, al natural. Se expone por primera vez, parte de la colección de miniaturas, pequeños retratos de familia los unos y referencias artísticas de obras fundamentales los otros.

Por último destacar pequeños regalos de ámbito más privado, como la polvera de Cartier de los años 20 y la Cajita de Representación de Fabergé, con una miniatura del último Emperador Ruso y que regaló a su madre, que fue la primera poseedora de este exquisito objeto.

A la vista de esta relación de grandísimas obras, solo me queda desear a todos los asistentes que disfruten de El Legado Casa de Alba, mecenazgo al servicio del arte, tanto como hemos disfrutado todos los profesionales que hemos participado en el proyecto.