Lorca eran todos es una obra creada a partir de un trabajo documental de su autor y director, Pepe Rubianes, sobre Federico García Lorca, su vida, su obra y su muerte. Fue estrenada en el Teatre Club Capitol en enero de 2006.

Tras una exitosa temporada, el montaje viaja a distintas ciudades españolas. Las polémicas acaecidas con el malogrado estreno en el Teatro Español de Madrid motivan su retirada de cartel. No obstante, más de 200 representaciones en giras nacionales e internacionales avalan el éxito de la obra que ahora regresa a los escenarios.

Once actores –Eloi Benet, Marian Bermejo, Laura Galán, Alejandra Jiménez, Esteban Labarí, Jonatan Minaya, Maite Molina, Emili Pere, Silvana Pérez, Xesús Brañas y Anna Llucc–  recrean en el teatro del Club Capitol los últimos meses de vida del poeta granadino, asesinado el 19 de agosto de 1936. La obra rinde homenaje a “aquellas personas que buscan a sus desaparecidos” y a Luis Rosales “al que se acusó de asesino porque era falangista, cuando fue el único que ayudó a Lorca alojándolo en su casa”.

 

Pepe Rubianes

Actor, director y autor. Ya en su juventud manifiesta inquietudes artísticas y una inclinación notoria por la literatura, y en especial por la poesía, a la que le dedica horas en compañía de amigos y compañeros universitarios. Toma contacto con el Teatro Universitario de Cámara (TUC), destacando como rapsoda de la generación del 27 y de su propia poesía. Comienza en esta época su particular estudio sobre la obra lorquiana, que culminó muchos años después en una de sus últimas obras, Lorca eran todos (autor y director, 2006) que concibió durante el tiempo que vivió en Kenia. Sus comienzos en el mundo teatral como aficionado, le hacen madurar en sus deseos de ser actor, y es en 1977 cuando comienza como profesional en la compañía Dagoll Dagom.

Durante 1980 decide viajar a La Habana, ciudad en la que realiza diversos estudios de investigación sobre el teatro y la música cubana. Allí escribe también innumerables textos que, a su regreso y luego de algunos meses de trabajo, convierte en el espectáculo, que presenta de la mano de José Luis Castro en Sevilla y posteriormente en Barcelona.

El prestigio de Rubianes no hizo sino acrecentarse en las siguientes décadas. Su agudeza indiscutible, su certero humor y una indisimulada crítica social le valieron numerosos reconocimientos y el caluroso aplauso del público. Falleció en Barcelona el 1 de marzo de 2009.