En el contexto de la celebración los 400 años de amistad entre España y Japón, el proyecto CAFÉ (que recibe su nombre del acrónimo que se conforma con las palabra Cine, Animación, Ficción y Exposición) lleva a Japón 29 obras mediante las cuales los visitantes se acercarán a la historia reciente de la animación española.

Nueve son los autores que exponen sus trabajos: Abigail Lazkoz, Curro González, Enrique Marty, Eugenio Ampudia, Fernando Renes, Manu Arregui, Marina Núñez, Ruth Gómez y Vicente Blanco.

Cinco pilares

El proyecto surge tras haber estudiado la creación artística de animación contemporánea. La conclusión es rotunda: la producción española vive un momento dorado, con un prestigio internacional ganado a pulso gracias a la calidad de los artistas y a sus innovadoras propuestas.

Los pilares temáticos sobre los que se sustenta CAFÉ son cinco y dan buena muestra de lo extenso de la propuesta: el arte, la cinematografía, el cine digital, las series y los videojuegos.

La amplitud del concepto de animación permite que cualquier creación de imágenes (dibujadas, filmadas, generadas por ordenador, fotografiadas,…) que se proyecten de forma secuencial para transmitir movimiento se encuadre dentro de él. La duración de las piezas, las plataformas de exhibición y los medios de visualización son tan numerosos que permiten interesantes y variados enfoques.

Así, las obras expuestas en CAFÉ abarcan mucho más que los tradicionales dibujos animados. La visión actual del arte se descubre a través de medios tecnológicos contemporáneos y las técnicas tradicionales, como la pintura, alcanzan una nueva dimensión al ser dotadas de movimiento.

Las obras expuestas han sido producidas entre los años 1999 y 2013.

29 obras, 9 artistas

Abigail Lazkoz muestra un delicado y etéreo Haiku visual. Curro González exhibe obras de reflexión e ironía sobre los condicionamientos de la creación artística y el papel del artista actual. Enrique Marty lanza, con suma eficacia y estilo propio inconfundible, varios mensajes contundentes sobre la estandarización y convención de los arquetipos emocionales. Eugenio Ampudia reflexiona sobre el devenir del arte material, la concepción del museo como caja contenedora y la actitud del espectador y consumidor del arte actual. Fernando Renes ilustra, con sus potentes dibujos, diversos pasajes que despiertan y centran su interés, como el famoso monte japonés Fuji Shikima, todo un símbolo del país. Manu Arregui, con sus obras de sublimación circular, junto con elementos científicos, invita a reflexionar, sobre los arquetipos y convencionalismos actuales frente a tensiones del romanticismo y cuestionamientos sobre la identidad e imagen sexual. Marina Núñez desvela un solemne mensaje, con su mundo de ciencia ficción y sus monstruos, que cuestionan los códigos y arquetipos de identidad y pertenencia, generando una poderosa reflexión en el que traslada al espectador la responsabilidad y el reto de concluir la obra. Ruth Gómez, con su atractivo mensaje de vibrantes colores, dibujos y sorprendentes situaciones, nos permite observar elementos creativos que definen nuestro tiempo artístico real, como son la actividad creativa callejera, el grafiti, y los videojuegos. Finalmente, Vicente Blanco juega con el equívoco, la inquietud, la sospecha, la fragilidad, paradigmas que llevan a la confusión, en una reflexión profunda sobre los referentes culturales, sociales y amorosos que contienen códigos atribuidos.