En la Alemania de la posguerra, un muchacho judío busca a la amante de un alto criminal nazi. Tal vez ella conozca el paradero de él. Poco a poco, entre el joven y la ex amante nace una relación. Sin morbosidad, apoyándose apenas en los placeres sencillos que sobreviven a todas las guerras: el hambre y el sexo. ¿Pero pueden amarse los enemigos? ¿O es precisamente porque son enemigos por lo que se atraen?

Sin embargo, las cosas no son tal como parecen y las personas no son quienes dicen ser. Ante la confusión, entre los sentimientos y la ética, el joven elige ser fiel a la memoria. Uno no es, después de todo, sino su memoria y lo que su memoria le permite ser.

Pensar y pensarse

Cristina Rota apuesta por una producción que motiva al público a pensar y pensarse colectivamente, un diálogo en el que intenta ofrecer al espectador la máxima calidad posible conjugada con un firme compromiso con la realidad y la reflexión política y social.

Patricia Suárez, autora de Valhala, Historias tártaras, Casamentera y La Varsovia, juega con la identidad, el odio, el amor, el sexo y la memoria para dar forma a un espectáculo que se apoya únicamente en dos intérpretes. En este caso, María Botto y Roberto Drago suben al escenario para dar vida a la pareja protagonista.