La pieza trata de poner nombres y apellidos a las cifras y estadísticas de los titulares de prensa y cuenta cinco historias inspiradas en personas y experiencias reales: un agente de policía que cree que en este país no cabe nadie más, un inmigrante que llama desde un locutorio a su mujer para contarle cómo va todo en la distancia, una mujer subsahariana que cuenta a su hijo cómo viajó a Europa y los obstáculos que encontró al llegar al “Primer Mundo”, un joven que relata su experiencia frente a la tortura en la Argentina de los 70 y un hombre que con sarcasmo filosofa sobre lo que supone estar lejos de casa y perderlo todo por el exilio político.

Desde la ironía y el humor, Un trozo invisible de este mundo habla de la soledad, de la necesidad de vivir en sociedad, de la lucha por mantenerse a flote, de la pérdida y de curar las heridas. Cinco personajes en una pieza que aborda dos temas que se tocan, que se confunden y rozan: el exilio y la inmigración. Sin paternalismos, sin condescendencia y sin tópicos.