La primera muestra que esta Galería organizó en la capital madrileña fue de Hernández Pijuan, pintor de la sencillez, de la imperfección, de la espontaneidad, elementos con los que llega en ocasiones a la síntesis más completa, algo que puede rozar con el misticismo que aparece inmerso en la tremenda sensualidad de su pintura.

La muestra está organizada como reconocimiento a uno de los grandes creadores europeos de finales del XX y de principios del XXI. Diez años después de su muerte, la galería quiere rendir este obligado y merecido homenaje a quien se convirtió en uno de los principales exponentes de la pintura española de la década de los 90 y hasta su fallecimiento en 2005.