La muestra presenta una selección de abstracciones que cuestionan el papel del espectador. Opuestas al lenguaje minimalista y pospictórico apropiado por Smith, estas pinturas investigan si preferimos solo mirarlas o adentrarnos en sus espacios pintados. Sus nuevos cuadros proporcionan experiencias de observación fluida que evocan a la vez un espacio pictórico así como una presencia física.

La meta de Smith es crear trabajos que echan por tierra las barreras tradicionales entre las diversas técnicas, sugiriendo que la pintura abstracta contemporánea puede estar comprometida de una manera crítica con su rico pasado, pero trascendiendo, además, sus limitaciones ideológicas.

Todas sus pinturas desde el año 2013 están realizadas en lienzos de formas similares, cada una con un borde que aumenta hacia afuera, como intentando romper la estructura fundamental del marco. La forma irregular de los lienzos es un complemento apropiado para un mundo artístico donde las prácticas pictóricas están desestructuradas, ya no limitadas por tradiciones históricas o categorías predeterminadas.