El Ballet Don Quijote de Marius Petipa fue, junto con El Lago de los Cisnes, uno de los ballets más populares en Rusia, donde se creó en 1869 sobre una partitura de Ludwig Minkus. Esta obra, llena de color, rompía con el universo de las criaturas sobrenaturales o etéreas de los ballets clásicos del XIX para poner en escena a la gente del pueblo.

El libreto se basa en un episodio del segundo volumen de El Quijote (capítulo XXI, “Donde se prosiguen las bodas de Camacho y otros gustosos sucesos…”), y la acción se centra más en los amores tumultuosos de Quiteria y Basilio que en las propias aventuras de Don Quijote y Sancho.

El ballet fue transmitido de generación en generación de manera ininterrumpida en Rusia gracias a la tradición y a sus revisiones sucesivas, siendo la más importante de ellas la de Alexander Gorski en 1900. Muchos han sido los coreógrafos que han creado sus propias versiones de este gran clásico, como Rudolf Nureyev para la Ópera de Viena o Mikhail Baryshnikov para el American Ballet Theatre.

En su Suite (que recoge varios extractos del primer y del cuarto acto original), José Carlos Martínez centra aún más la acción en los personajes de Quiteria y Basilio, utilizando al cuerpo de baile para dar más dinamismo a la acción de este gran clásico intemporal con sabor español.

Auditorio Víctor Villegas