Según las encuestas oficiales, la juventud alemana entre los 18 y los 30 años de edad es la más feliz y protegida de Europa, y ve «con optimismo un futuro lleno de posibilidades». Lo que revelan las creaciones cinematográficas de varios cineastas jóvenes, muchos de ellos debutantes, con ambiciones creativas y poseedores de un universo personal, es el retrato de una juventud alienada, en permanente extrañamiento, desencanto y melancolía, que trata de encontrar su identidad y abrirse paso en una sociedad que neutraliza su capacidad de acción y decisión.

Con el ciclo Retratos de juventud en el cine alemán contemporáneo, el Instituto Goethe presenta películas que se ofrecen no solo como filmes abanderados de la generación y el cine del siglo XXI (asociada en muchos casos a la Escuela de Berlín), sino como verdaderas radiografías del alma adolescente de la Alemania contemporánea.

El ciclo comienza el martes 24 con Oh boy, cinta de 2012 escrita y dirigida por Jan Ole Gerster, en la que seguimos 24 horas en la vida de Niko, un joven veinteañero que ha renunciado a sus estudios universitarios y vaga por la ciudad buscando su lugar en el mundo. El miércoles 25, Love steaks continúa con el programa. Esta marciana cinta dirigida por Jakob Lass en 2013 cuenta la inclasificable historia de amor entre dos trabajadores de un hotel. Por último, el jueves 26 se proyecta El parque de los vidrios rotos, dirigida por Bettina Blümner en 2012, en la que una joven se desespera ante el amable trato mediático brindado a su padrastro, quien asesinó a su madre.

Los tres títulos se completan el día 26 con una conferencia del crítico, periodista, programador y docente cinematográfico Carlos Reviriego, que se apoya en las películas proyectadas para componer un retrato de la juventud alemana.