Tras su estreno original, El gabinete del doctor Caligari vuelve a la gran pantalla con un aspecto renovado. En la Berlinale de 2014 se estrenó la restauración digital realizada por la Fundación Friedrich-Wilhelm-Murnau gracias al apoyo financiero de Bertelsmann, propietaria de los estudios de cine UFA. Y ahora llega a los Cines Palafox, dentro del Festival de Cine Alemán, con música en directo de la mano de Raphaël Marionneau. La película se proyecta el sábado, 13 de junio.

Resulta muy difícil encontrar otra película que lleve tantas etiquetas como El gabinete del doctor Caligari. Se la considera un hito en la historia del cine, un clásico y el prototipo del cine expresionista que dio forma al aspecto del cine de Weimar, que en la actualidad todavía influye a directores y géneros. La historia multidimensional del tiránico doctor Caligari y su ayudante sonámbulo Cesare conserva intacto todo su poder de fascinación.

Excepcional restauración

Las versiones surgidas en los diversos intentos de restauración anteriores no consiguieron hacer justicia a la calidad cinematográfica de la película ni a su valor cultural e histórico. Ahora, dos factores hacen posible acercarse más que nunca a su forma original: los materiales utilizados, en especial el negativo de cámara de 1919 conservado casi en su totalidad, y la tecnología digital más puntera del mercado.

La excepcional nitidez de las imágenes y la belleza de los colores le dan un aspecto renovado a la versión restaurada. A pesar de tener un «final feliz», aquí Caligari simboliza el valioso legado cinematográfico de la era del cine mudo, del que se ha perdido de forma irrecuperable más del 80%.

Con residencia en Alemania desde principios de los 90, Raphaël Marionneau ha logrado consolidar el movimiento «electro-score» en Hamburgo. Nacido en los 70 en Nantes, Marionneau se mudó a Hamburgo en 1993. Su estilo es una combinación inteligente de ambience, nu-electrónica, retro lounge y world-music. En 2002, creó Abstrait Music, su propio sello, y lanzó una serie de recopilatorios, como el muy aclamado Le café abstrait