Para Pasolini, Roma constituyó su principal espacio de observación, de reflexión y de lucha. Fue a partir de las transformaciones de esta ciudad que tanto amó, que analizó los cambios de Italia y los italianos de los años sesenta y setenta.

Seis secciones componen la exposición que abre en el centro donostiarra hasta el 4 de octubre. Cada apartado corresponde a una etapa vital y creativa de Pasolini. Se inicia con su llegada a Roma el 28 de enero de 1950 y se cierra el 2 de noviembre de 1975, cuando su cuerpo sin vida fue encontrado cerca de Ostia.

Así recorremos el periplo vital del genio italiano, desde su trabajo como profesor por un sueldo miserable, su amistad con Alberto Moravia, el rodaje de Accattone (su primera película), su renuncia a rodar Evangelio en Palestina, su trabajo con Maria Callas y su controvertida muerte.

Conexión con San Sebastián

Como sucediera en las otras sedes por las que ha pasado, la muestra establece una conexión con el ámbito donde se exhibe. Así, en San Telmo, dicha conexión se establece a través de las fotografías tomadas por Piero Salvi en 1970, en las que Pasolini participa en una manifestación contraria al Proceso de Burgos, y de una publicación del Festival de San Sebastián de 1977 correspondiente a la retrospectiva que el certamen dedicó al cineasta dos años después de su muerte.

Al hilo de la muestra, el Museo San Telmo ha programado un ciclo de cine, que incluye los títulos Mamma Roma (1962), Uccellaci e uccellini (1966), Teorema (1968) y Pasolini (2014); y la mesa redonda Cine y disidencia (15 de septiembre), en la que participarán José Luis Rebordinos, Joxean Fernández, Javier Rebollo y David Trueba.