Esta exposición es una invitación a vaciar los museos, los reales y los que cada uno lleva insertados en la memoria, para plantear nuevos enfoques que sean capaces de abordar tanto el pasado como el futuro y que cuenten con las nuevas herramientas creadas que seguro van a cambiar la posición de los visitantes frente al mundo exterior y frente a sí mismos.

Ningún museo es capaz de aglutinar lo que realmente es y representa la cultura. No son más que espacios que pretenden custodiar lo más representativo que la historia ofrece en cada momento. Una historia fragmentada y, en la mayoría de los casos, descontextualizada. Una ventana que permite indagar en un pasado borroso y que cíclicamente pasa por revisiones y replanteamientos, sobre todo en momentos como los actuales, donde nuevos modelos sociales se van modelando al amparo de las nuevas tecnologías.

Hay un nuevo objetivo visual que pretende crear otra realidad: un mundo virtual al servicio de las inquietudes, deseos y caprichos. Otra realidad que se puede hacer pasar por ser de cada uno y, por lo tanto, capaz de engañar a todo el sistema perceptivo. «En estas circunstancias ya no es imprescindible el contacto directo con el objeto que da forma a nuestras emociones por lo que materia e ilusión se estrechan más que nunca», explica Ballester.

La selección de obras se completa con una vitrina con dibujos de pequeño formato así como distintas publicaciones del artista.

José Manuel Ballester, 2014

José Manuel Ballester, 2014.