'Rigoletto'. Foto: Javier del Real.

‘Rigoletto’. Foto: Javier del Real.

El poder contra los indefensos es un tema recurrente en la literatura universal. Víctor Hugo lo abordó en Le Roi s’amuse con una dureza tal que su representación se prohibió en Francia durante cincuenta años. Pero Verdi, que nunca rehuyó su compromiso con las causas sociales y revolucionarias, tras pasar dos años inmerso en la vida cultural parisina decidió adaptar este texto para su nueva ópera. A finales de 1850 las autoridades vetan su estreno en La Fenice de Venecia y tildan el libreto de «repugnante inmoralidad y obscena trivialidad».

Como explica Nicola Luisotti, «haciendo muy pocas concesiones a la censura, Verdi se arriesgará con el estreno en La Fenice el 11 de marzo de 1851 de esta trágica historia llena de claroscuros –el personaje de Rigoletto, como él mismo afirma, le parece digno de Shakespeare–. Convertirá al bufón jorobado en un ser escindido entre su odio hacia un poder corrupto y su enfermizo amor por una hija que caerá víctima de todas las conspiraciones que él mismo ha fomentado. No fueron pocos los que consideraron la creación verdiana claramente escandalosa».

«Con esta obra, el compositor arranca una nueva etapa hacia su propia concepción del drama musical, con formas operísticas más libres. Una obra que escandalizó pues es en realidad una reflexión sobre la inhumanidad del hombre con el hombre, la corrupción de la inocencia y el abuso de poder. Un grito de rabia contra la injusticia», añade Luisotti.

La elegante puesta en escena de David McVicar en la versión que se representa en el Teatro Real reproduce la atmósfera opresiva de la corte y ahonda en la ambivalencia del personaje –monstruoso por fuera y frágil por dentro–, mostrando la degradación en la que puede sumirse un ser humano movido por el miedo.

Como explica el responsable de la reposición escénica, Justin Way, «se apoya en la dualidad que respira toda la obra, la vanidad del amo frente a la deformidad del criado, el lujo del palacio frente a la miseria de la casa de Rigoletto. De esta forma se pone de relieve sin tapujos la crueldad y la degeneración en el corazón de la corte del duque de Mantua, donde contrastan los ricos cortesanos, sumidos en la degeneración, y la miseria en la que vive Rigoletto, mostrada en una escenografía circular que gira descubriendo ambas caras de la realidad».

Nicola Luisotti está al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real y de tres elencos encabezados por uno de los más destacados intérpretes históricos del bufón, Leo Nucci, cuya primera aparición en un título de ópera en este escenario tuvo lugar en junio de 2009, dando vida a Rigoletto y en la que protagonizó el primer bis de la historia reciente del Real.

Rigoletto. Teatro Real.

‘Rigoletto’. Teatro Real.

Con Nucci se alternarán en las representaciones, como Rigoletto, Juan Jesús Rodríguez y Luca Salsi. Cuatro tenores pondrán voz al duque de Mantua: Stephen Costello, Francesco Demuro, Piero Pretti y Ho-Yoon Chung, y las sopranos Olga Peretyatko y Lisette Oropesa que encarnarán a Gilda.

En torno a las funciones de Rigoletto se han programado diversas actividades paralelas que comprenden conferencias, proyecciones de cine y exposiciones. Así, la Filmoteca Nacional, Cine Doré, proyectará la versión cinematográfica de Rigoletto realizada por Jean-Pierre Ponnelle en 1982, en los lugares originales que se mencionan en la obra y protagonizada por Luciano Pavarotti, Ingvar Wixell y Edita Gruberova en los papeles principales. Y el Museo del Romanticismo prosigue su colaboración con el Teatro Real exhibiendo dos de los trajes pertenecientes a la producción.

  • ENFOQUES. Encuentro con los directores y protagonistas de Rigoletto 29 de noviembre, a las  18.00 h. Teatro Real. Sala Gayarre. Entrada por la calle Felipe V. Acceso libre hasta completar aforo.

Fechas
30 de noviembre
2, 3, 5, 6, 8, 10, 11, 15, 16, 19, 20, 23, 26, 27, 29 de diciembre 2015
20.00 h; domingos, 18.00 h.