Coproducida por el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA), en colaboración con Bluecoat Liverpool’s Centre for the Contemporary Arts, y con el apoyo de Acción Cultural Española (AC/E) y el Arts & Humanities Research Council, la muestra exhibe un gran conjunto de obras obtenidas a partir de estudios y fotografías realizadas en Chile, Gran Bretaña, España y Estados Unidos.

Comisariada por Carles Guerra, recientemente nombrado director de la Fundació Antoni Tàpies, el trabajo de Ribas se presenta de forma diferente a como se mostró en el MACBA. “Aquí se sitúa al visitante en una posición de juego muy interesante; es una fotografía relacional que nunca deja de producir diferentes sentidos y significados”, destaca Guerra. Ante la presencia de diversas series fotográficas en forma de retícula, Ribas argumenta que “la retícula tiene un carácter arqueológico, de penetración al pasado; se trata de estructurar un espacio a partir de una fragmentación de imágenes, como si fuera un puzle, para expresar una idea”.

La exposición toma el título de su proyecto de investigación más reciente en torno a la extracción del nitrato. El sistema de explotación colonial liderado por empresas británicas en el desierto chileno de Atacama constituye un caso de estudio cuyo alcance geográfico e histórico ha llegado a cuestionar la práctica fotográfica de Ribas. Este ambicioso ensayo, producido entre 2009 y 2014, se presenta por primera vez junto con una selección de sus obras anteriores. El primer apartado de la exposición incluye cuatro fotografías de la serie Santuario (2002) y ocho series del bloque de trabajo más extenso en la trayectoria de este artista, Geografías concretas (2002-2009).

Lo urbano y lo cotidiano

A mediados de la década de 1990, Ribas se dio a conocer con su proyecto Domingos (1994-1997), un trabajo sobre la periferia de Barcelona. Con esta serie, que inauguraba una perspectiva de carácter antropológico y que le hizo merecedor de un reconocimiento inmediato, inició sus investigaciones sobre la relación entre lo urbano y lo cotidiano.

Su práctica fotográfica, cercana a los hábitos de quienes hacían uso espontáneo de los descampados, se situó al margen de las transformaciones que la ciudad vivió con los Juegos Olímpicos de 1992. Las mismas que convirtieron la ciudad en estandarte de una economía de servicios.

Los trabajos reunidos bajo el epígrafe Santuario (1998-2002) continuaron la exploración de las periferias con obras en las que el autor abordaba los espacios intersticiales de la ciudad. Estas series nos sitúan ante las prácticas subalternas que desvinculan los comportamientos de los ciudadanos de las frecuentes interpretaciones que asocian esos lugares al vacío urbano, como en las cuatro vistas que muestran puntos donde se ejerce la prostitución y que han sido realizadas en las inmediaciones de carreteras.

Arqueología

Con Geografías concretas (2002-2009), esa mirada antropológica sobre el espacio metropolitano se desplazó hacia planteamientos más próximos a la arqueología. El concepto de memoria motivó un conjunto de exploraciones en torno a las huellas que las estrategias institucionales o privadas dejan sobre el territorio. Xavier Ribas retomó la noción de umbral planteada previamente en el bloque de Santuario, pero esta vez no tanto en su acepción espacial, sino para abordar la dimensión temporal de cualquier sitio. Este acercamiento al pasado y el futuro de los lugares se materializó visualmente mediante el uso de la retícula como estrategia crítica frente a los procesos de exclusión, explotación y apropiación a los que esos sitios han estado sujetos.

Con la obra que ha realizado hasta 2009, Ribas se ha granjeado una reputación de fotógrafo comprometido con las geografías del abandono: lugares cuya emergencia se detecta en zonas de extrarradio, fronteras de todo tipo y condición o puntos de asentamiento temporal en los que la presencia humana es objeto de políticas de expulsión.

A lo largo de los años, la trayectoria de este artista ha evolucionado hacia un uso de la fotografía cada vez más austero y sobrio, que evoca la prolongada influencia del paisaje contemporáneo entronizado por la New Topographics. A pesar de que su estilo apenas ha registrado modificaciones con el tiempo, su práctica ha sido capaz de albergar la complejidad derivada de saberes, materiales y lenguajes que harán de la fotografía el soporte de un dispositivo documental.

Revisitar la historia

La fusión de aspectos históricos, económicos y políticos que anidan en el paisaje culmina con el último de sus proyectos, dedicado a revisitar la historia de la explotación del nitrato de Chile, una actividad que alcanzó su apogeo entre las décadas de 1870 y 1920.

Nitrato (2009-2014) es un ensayo en el que la imagen fotográfica se encuentra al servicio de una interpretación de la historia con un énfasis en su dimensión más materialista. A través de las diferentes piezas que componen este bloque se abordan aspectos como el colonialismo, la circulación de la plusvalía o el eco actual de los conflictos del pasado.

Durante cinco años, Ribas ha dedicado su práctica fotográfica a indagar la historia natural de este mineral extraído en el desierto de Atacama. El salitre o nitrato de Chile es un nitrato sódico que, una vez procesado, se puede usar como fertilizante o como ingrediente para la fabricación de explosivos. Su poder como sustancia y su valor como mercancía residen en su capacidad para cambiar de estado material a inmaterial, para transformarse y ser agente transformador. En esta forma compuesta, el elemento nitrógeno –que constituye el 80% de la atmósfera de la Tierra– puede acelerar o destruir la vida.

La mayor parte de las obras de Nitrato integran la imagen fotográfica junto a imágenes de archivo, datos, relatos, noticias, inventarios, listados e incluso objetos, de modo que el dispositivo documental adopta cualquier forma excepto la de un género fotográfico que tienda a consolidar su significado. Una de las funciones de este dispositivo documental consiste en volver a esas representaciones del pasado y exponerlas a nuevos significados.

Espacio inabarcable

El tiempo histórico contenido en las series de Nitrato excede el tiempo de la observación documental, de la misma manera que el entorno natural del nitrato, una vez extraído de la tierra, pasará a ser el de la circulación del capital. Así que, si bien las series anteriores representaban lugares susceptibles de ser experimentados empíricamente, con el propio artista accediendo a ellos y tomando vistas in situ, las obras de Nitrato sugieren un espacio inabarcable y con múltiples localizaciones. A diferencia de las series incluidas bajo los epígrafes de Santuario y Geografías concretas, que mantienen una clara autonomía unas respecto de las otras, los trabajos reunidos en Nitrato transforman esta relación en un ensayo complejo.

El proyecto que finalmente ha tomado forma con Nitrato surge del álbum fotográfico Oficina Alianza and Port of Iquique 1899, y de la correspondencia que se ha conservado más de un siglo entre sus páginas. Xavier Ribas desarrolló esta investigación en colaboración con la historiadora Louise Purbrick y el fotógrafo Ignacio Acosta en la Universidad de Brighton, lo que hace de este un proyecto artístico a caballo entre el museo y el departamento universitario.

El dispositivo documental de Nitrato articula diferentes acepciones de la investigación, tanto académica como artística, y recuerda en cierto modo aquel género –propio de una tradición asociada a la crítica institucional– que cristalizó en la década de 1970: un tipo de composición que exigía la combinación de datos y fotografía, y cuyo resultado se acercaba en muchos aspectos al periodismo de investigación.

Nitrato constituye un caso de estudio que devuelve a la actualidad las políticas extraccionistas practicadas durante siglos, sobre todo en los continentes sudamericano y africano, cuyas consecuencias de orden geopolítico, ecológico y humano han sido tan nefastas.