La creadora estadounidense presenta una nueva instalación multimedia, concebida específicamente para su exhibición en la Fundación, que ha llevado a cabo en colaboración con 15 jóvenes artistas internacionales, seleccionados por la propia Jonas para participar en el Taller de Artes Plásticas de Villa Iris. Un trabajo en el que la artista profundiza en su investigación sobre la compleja relación del ser humano con la naturaleza y el medio ambiente, un tema que ha sido una preocupación constante a lo largo de su trayectoria.

La nueva pieza se muestra junto a una selección de vídeos que documentan cinco de las más relevantes performances que la artista ha ejecutado en los últimos 15 años: Lines in the Sand (2002); The Shape, The Scent, The Feel of Things (2004-2006); Reading Dante (2007-2010); Reanimation (2012); y They Come to Us without a Word (2015). Este conjunto de obras brinda al visitante una perspectiva única del universo creativo de esta figura fundamental de la vanguardia neoyorquina de finales de los años sesenta y comienzos de los setenta.

Joan Jonas, "The Shape, The Scent, The Feel of Things", performance at Dia Beacon in Beacon, NY, 2005. Foto de Paula Court.

Joan Jonas, «The Shape, The Scent, The Feel of Things», performance at Dia Beacon in Beacon, NY, 2005. Foto de Paula Court.

Performance art

Jonas se graduó en Historia del Arte en Mount Holyoke College en 1958. Tras cursar estudios de Escultura en la School of the Museum of Fine Arts de Boston, estudió dibujo y poesía en la Universidad de Columbia donde en 1965 completó un máster en Escultura. Las exploraciones de la artista con los nuevos medios a finales de los años sesenta y principios de los setenta y el descubrimiento de la obra de Claes Oldenburg, Yvonne Rainer o Simone Forti ampliaron su práctica artística, conduciéndole a establecer los fundamentos formales del performance art, una práctica que hoy continúa liderando.

Además de la escultura y el dibujo, que han sido desde el inicio elementos esenciales de su práctica artística, la performance permite a la artista incorporar a su trabajo el sonido y una dimensión espacio-temporal que remite al cine, además de a la danza y al teatro. “La performance es el medio del que me valgo para construir un objeto que existe tan sólo en el tiempo, el cual se plasma con cuerpos, con mi cuerpo. Para mí, la performance es poesía tridimensional creada en vivo en el espacio”, afirma.

Interesada en la investigación de otras culturas y de sus rituales, así como en los orígenes de la cultura occidental, en el año 1966 la artista viaja a Creta donde es testigo de una boda tradicional y, posteriormente, visita el sudeste de Estados Unidos donde asiste a una danza de la serpiente del pueblo Hopi. Ambos acontecimientos dejan una profunda huella en su práctica artística.

Fuentes de inspiración

En 1970 durante un viaje a Japón se familiariza con el teatro Kabuki y el Noh, que se convierten desde entonces en constantes fuentes de inspiración para su trabajo: “Al intentar plantearme qué es lo que podía hacer como performer, me remitía a otra cultura y a sus rituales porque desconocía los que existían en la mía y porque los rituales de otras culturas están más próximos a la naturaleza y más implicados en ella”, comentó en una ocasión la artista.

También al inicio de esta década el descubrimiento del vídeo marca un punto de inflexión en el uso que la artista hace de la imagen en movimiento, incorporando este medio a las herramientas que dan forma a su práctica performativa.

En 1994, tras la exposición retrospectiva que le dedica el Stedelijk Museum de Ámsterdam, Jonas inició una reflexión sobre cómo re-escenificar sus performances antiguas que le lleva a introducir objetos y vídeos, creando así sus primeras instalaciones. Desde entonces continúa trabajando en este medio sin abandonar su investigación en la performance, combinando dos formas de expresión artística que están intrínsecamente unidas en su trayectoria.

En Wind, una de las primeras acciones documentadas de la artista, creada en 1968, una pareja que viste prendas de abrigo que tienen adheridos espejos, aparece y desaparece en medio de la ventisca y la nieve de un paisaje costero, inmersa, junto a otras parejas, en una elaborada coreografía. Se trata de la primera aparición del espejo en sus performances, un elemento clave en su vocabulario formal, que distorsiona nuestra percepción del espacio y que funciona tanto como medio de revelación como de ocultación.

Identidad femenina

Por otro lado, desde sus inicios Jonas aborda cuestiones relativas a la identidad femenina situándolas en el centro de su trabajo. Así, el espejo es un medio del que la mujer podía servirse para reivindicar su propio cuerpo, devolviendo la mirada al espectador masculino o dirigiéndola hacia su propio yo.

En su performance Mirror Check (1970), la artista examina lentamente su cuerpo con un pequeño espejo redondo. Al mismo tiempo que se expone desnuda, el espejo le sirve para privar al público de la contemplación de la parte del cuerpo observada por ella. De ese modo, el espejo es tanto un medio de revelación como de ocultación.

Al igual que otros artistas de su generación, Jonas comenzó utilizando el vídeo para documentar acciones que ella misma protagonizaba en su estudio, en las que abordaba temas relativos a la identidad y a la imagen, caracterizándose con vestidos y máscaras. Así, el vídeo se convierte de nuevo en un medio con el que ahondar en las temáticas de revelación y ocultación que ya había explorado con los espejos.

La introducción del vídeo en sus performances le permite dibujar y manipular objetos y mostrar esta acción en tiempo real en una pantalla. Posteriormente proyecta lo grabado como telón de fondo, creando así una capa adicional de información, aumentando y realineando simultáneamente el concepto de espacio y perspectiva.

En ocasiones hace desaparecer el cuerpo del performer o los performers en el espacio proyectado; en otras, la artista se viste de blanco convirtiendo su propio cuerpo en una pantalla. La grabación de vídeo le sirve para transponer una acción de un lugar y una época a otras diferentes, reflejando su profundo interés por el cine como forma narrativa.

Complejas narrativas

Joan Jonas, "Reading Dante", performance at MACBA, Barcelona, Spain, 2007. Foto de Jaunchi Pegoraro.

Joan Jonas, «Reading Dante», performance at MACBA, Barcelona, Spain, 2007. Foto de Jaunchi Pegoraro.

La literatura es con frecuencia el punto de partida de las complejas narrativas de sus performances e instalaciones. A menudo, Jonas cita a Jorge Luis Borges como una inspiración esencial desde el inicio de su investigación artística. La artista ha trabajado también con textos de muchos otros escritores, desde Dante Alighieri a Aby Warburg, pasando por los hermanos Grimm.

Si la palabra escrita ha sido una importante fuente de inspiración para la artista también lo es la palabra hablada, y las leyendas y relatos locales centran muchas de sus obras. En una de las más recientes, They Come To Us without a Word, que presentó en la Bienal de Venecia de 2015, utilizó relatos de fantasmas recopilados en Cape Breton, una pequeña localidad de Nueva Escocia (Canadá), donde pasa los veranos desde mediados de los setenta.

Desde sus inicios el dibujo ha desempeñado un papel fundamental en su trabajo. Entendido como acción y como rastro de la misma, representa la idea del espacio-tiempo.

Unas veces, en el transcurso de la performance, la artista dibuja directamente sobre una superficie –papel, pizarra, pared, caballete, pantalla o el propio suelo–; otras, proyecta el dibujo que realiza en tiempo real en una pantalla por medio de un retroproyector o de una cámara de vídeo e incluso incorpora grabaciones hechas anteriormente. El dibujo se puede acumular o desaparecer cuando la artista rasga o arruga el papel, o cuando borra la marca de tiza de la superficie negra del encerado.

Vínculo con la naturaleza

Joan Jonas pasó gran parte de su niñez en el medio rural, lo cual explica su fuerte vínculo con la naturaleza y, en consecuencia, su preocupación por la relación del ser humano con su entorno. Los rápidos cambios generados por la actividad humana sobre la tierra, la relación tan distante, abstracta casi, que el “mundo desarrollado” mantiene con su entorno y la indiferencia total acerca de la fragilidad del medio ambiente han centrado gran parte de su obra reciente.

Receptora de numerosos premios y reconocimientos, desde 1972 ha participado en seis ediciones de la Documenta de Kassel y su trabajo ha sido objeto de grandes retrospectivas. Representó a Estados Unidos en la última edición de la Bienal de Venecia (2015), donde recibió una mención especial del jurado por su instalación They Come To Us without a Word. La Fundación Botín contribuyó a la producción de la performance asociada.

Docente en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) desde 1998, actualmente es profesora emérita en el Programa MIT de Arte, Cultura y Tecnología, dentro de la School of Architecture and Planning.

Joan Jonas: caudal o río, vuelo o ruta es la primera exposición de la artista en España desde la retrospectiva que le dedicó en el año 2007 el MACBA. La muestra ha sido comisariada por Benjamin Weil, director artístico del Centro Botín.

Joan Jonas Portrait. Foto de Moira Ricci, 2015.

Joan Jonas Portrait. Foto de Moira Ricci, 2015.

 

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