Para Hannes, «todos los buenos proyectos parten de una fascinación. Para mí, el Mediterráneo ha sido una región de vital importancia a lo largo de la historia. Desde hace milenios ha sido el eje central de infinidad de culturas. En esta tierra está presente la continuidad del hombre: un cúmulo de historia, prosperidad, poder y cultura a lo largo del tiempo».

Cuna de la civilización, lugar de origen de tres religiones de primer orden y punto de confluencia entre Europa, África y Asia, la región es muy heterogénea y posee una turbulenta historia. A lo largo de los siglos, la gente ha viajado, comerciado y librado batallas en su costa. Los romanos lo denominaron Mare Nostrum, Nuestro Mar, en la época de máximo apogeo de su Imperio, cuando abarcaba todo el litoral.

La región, con más de doscientos millones de turistas al año, es el destino de vacaciones más popular del mundo; sin embargo, el turismo y la expansión urbanística han dejado profundas cicatrices en su paisaje.

Al otro lado del horizonte, en la costa africana, también se congregan miles de personas, pero por otro motivo. Entre 2014 y 2015, más de un millón de emigrantes se echó a la mar en embarcaciones ruinosas con el fin de intentar llegar a Italia o Grecia. Para ellos, el mar representa un foso que les impide el acceso a la fortaleza europea y, para muchos, este foso se ha convertido en su tumba.

A finales de 2009, la crisis afectó gravemente a Grecia. Al cabo de un año, cuando el tunecino Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo en una llamada de protesta, el episodio fue el detonante de la Primavera Árabe. Su muerte prendió la mecha de una oleada de cambios que se propagó como un fuego descontrolado por todo Egipto, Libia y Siria, donde la revuelta desembocó en una sangrienta guerra civil. Durante el verano de 2014 Gaza fue bombardeada sin tregua una vez más.

Hoy por hoy, el Mediterráneo vuelve a ser un campo de batalla, un escenario cuya compleja historia hace que todo resulte demasiado familiar. «Esta tensión -explica el fotógrafo belga- es lo que lo hizo tan interesante desde el punto de vista fotográfico: visualizar realidades paralelas que están ocurriendo simultáneamente a lo largo de una misma costa. Desde el ostentoso turismo de la jet set en Mónaco hasta la tremeda destrucción de la franja de Gaza es una inmensa zona de contrastes».

Copyright Nick Hannes. Izola. Eslovenia.

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