Coincidiendo con la publicación del primer catálogo razonado que recoge todos los dibujos conocidos de ‘El Españoleto’, coeditado por la Fundación Focus y el Meadows Museum, se ha organizado una muestra que pretende mostrar al público la variedad de bocetos del artista, una faceta que casi no se conocía a principios del siglo XX. Para ello se ha reunido una selección de medio centenar de dibujos, junto con diez pinturas y ocho estampas, además de una pequeña escultura en cera de un alma en el infierno realizada por el suegro del artista, Giovan Bernardino Azzolino, que se relaciona con las estampas anatómicas de Ribera.

«Una de las características más atractivas de los dibujos de Ribera es que nos llevan a la zona privada, a la zona más íntima de su producción. Con ellos vemos que el artista está pensando, reflexionando, se está autocriticando, corrigiendo, buscando soluciones distintas… En los dibujos puede explorar cosas que el ámbito público no le permite. Además, en el caso de Ribera vemos un abanico de temas que realmente es muy amplio con respecto a cualquier otro dibujante del siglo XVII», explica Gabriele Finaldi, director de la National Gallery de Londres y comisario de la muestra.

Anatomía humana

El asunto principal de su obra gráfica es la anatomía humana, «sobre todo estudios de desnudos masculinos, mientras que los femeninos apenas aparecen», asegura Finaldi. Abunda el tema religioso, aunque también trata asuntos mitológicos. Se conservan dibujos de cabezas con diversos tipos de tocados, y recientemente se ha ido identificando un intrigante conjunto de escenas de género tomadas de las calles de Nápoles.

Hay cinco dibujos en los que aparecen pequeñas figuras trepando sobre personajes de mayor tamaño cuyo significado es aún un misterio. Pero quizás lo más llamativo es el interés que el artista muestra por la fealdad, la violencia y lo escatológico, tanto en las cabezas grotescas como en los martirios y las escenas de tortura, hombres atados a árboles, ahorcamientos y decapitaciones, característica que nos permite verlo como precursor de Goya.

Además de incluir varias obras maestras ya conocidas como Sansón y Dalila del Museo de Córdoba, Aquiles entre las hijas de Licomedes del Teylers Museum en Haarlem o San Alberto del British Museum se pueden contemplar importantes dibujos recientemente descubiertos que permiten afirmar la altísima calidad de su técnica, como la Aparición de Cristo resucitado a su madre del Kent History and Library Center; o acercarse al interés del artista por la representación de cabezas y por la vida cotidiana de Nápoles, como en Niño con molinillo y hombre tirando de una carreta con un cuerpo, un dibujo recientemente adquirido por el Prado. También se pueden ver una docena de dibujos que nunca se han expuesto en España, como las Adoraciones de Berlín y Nueva York o Hércules descansando de Malta.

Diversidad temática

La exposición repasa la vida del artista español desde su llegada a Roma con quince años, pero sobre todo desde que consigue su madurez como artista, momento en el que queda patente su excepcional habilidad como dibujante, gracias a nueve secciones. La primera de ellas, Santos y mártires, está ocupada por las representaciones de santos penitentes y mártires, sobre los que trabajó durante toda su carrera. A la hora de representarlos, Ribera solía optar por los momentos más dramáticos, lo que le permitía centrar su atención en la tensión espiritual y el sufrimiento físico de los personajes. Su fascinación por representar tales suplicios hizo que durante los siglos XVIII y XIX fuese estigmatizado con la imagen de artista cruel y sádico.

En Dioses y héroes se recogen dibujos de contenido clásico o mitológico. Se conservan, sobre todo, estudios de figura y rápidos apuntes de composición. Algunos se pueden relacionar con los grandes lienzos sobre la historia de la antigua Roma encargados a mediados de la década de 1630 a diversos pintores en Italia para la decoración del Palacio del Buen Retiro de Madrid. Además se inspiró en las esculturas clásicas que pudo estudiar durante sus años en Roma.

Dentro de Castigo y tortura se recogen dibujos con los que Ribera parece documentar tribunales de Inquisición y ajusticiamientos en las plazas de Nápoles. Otros, en cambio, son dibujos de fantasía en los que inventa terribles escenas de castigo y de horror que parecen reflejar una curiosidad morbosa por la violencia física. Los contornos esquemáticos y concisos, y la sucesión de trazos cortos con los que estas escenas fueron dibujadas delatan la rapidez con la que el artista las realizó, como si no hubiese tenido mucho tiempo para captar las posturas y los gestos de sus protagonistas.

Madurez artística

Los años prodigiosos 1634-37 repasa la plenitud de su madurez artística. Sus dibujos, si bien mantienen la economía de medios y el protagonismo del blanco de papel, aumentan en elegancia y delicadeza y las formas se vuelven casi abstractas, con trazos muy ligeros y nerviosos y entrecortados pero seguros, en ocasiones acompañados de una aguada sutil y transparente.

Un tema de gran originalidad y con mucha importancia dentro de la obra gráfica de Ribera son sus representaciones de Cabezas. Aparecen en unos veinticinco dibujos, un porcentaje significativo de sus diseños, fechables a lo largo de toda su carrera y ejecutadas con todo tipo de técnicas: sanguina, lápiz negro, pluma, pincel con tinta gris o aguada roja. Pocas son diseños preparatorios para pinturas o estampas y varias se caracterizan por la presencia de tocados peculiares, en ocasiones fantasiosos. Varias presentan deformidades, como bocio, o rasgos muy exagerados, como narices alargadas o labios excesivamente carnosos, por lo que se han llegado a incluir dentro de la tradición leonardesca de cabezas grotescas en las que se exageran las protuberancias y anomalías.

Por su incesante ejercicio del diseño, la excelente calidad de muchos de los dibujos conservados, la variedad de técnicas y el grado de acabado de algunos de ellos, que pueden considerarse obras de arte en sí mismas, Ribera tiene que ser juzgado como un auténtico Maestro del dibujo. En esta sección se recalca que a diferencia de Caravaggio y de los pintores de su estela, que no dibujaban sino que pintaban directamente en el lienzo, Ribera concedía al dibujo una gran importancia.

La vida en Nápoles

En la ciudad y en el campo se reúnen los dibujos en los que el artista recoge aspectos de la vida cotidiana de Nápoles, la segunda ciudad más poblada de Europa en la primera mitad del siglo XVII. La mayoría son de pequeño formato y ejecutados a pluma y tinta, lo que denota el carácter privado e inmediato de unos diseños que debía realizar al tiempo que las presenciaba. Pero también tuvo interés por las escenas campestres, que pudo anotar durante sus salidas de la ciudad. Ribera empleaba el dibujo no solo como medio para preparar sus pinturas o como puros ejercicios académicos, en Extrañas fantasías se muestra su manera de plasmar curiosas invenciones y expresar sus inquietudes.

Finalmente, en la sección Últimos dibujos se reúnen las obras realizadas en los últimos años de vida del artista, donde retoma algunos de sus temas predilectos, como el Martirio de san Bartolomé, el apóstol que fue desollado vivo, o la Adoración de los pastores.

En sus últimos años, su estilo, que acusa una mano menos segura posiblemente a consecuencia de una enfermedad, evoluciona hacia líneas finas y trémulas y a un mayor uso de la aguada, menos sutil que en años anteriores, para animar la composición. También es característica una cierta despreocupación por unificar la escala de las figuras en los dibujos, en los que aparecen personajes extremadamente alargados, mucho más grandes que otros, algo que no se transmite a las pinturas.

  • Ribera. Maestro del dibujo viajará a partir de marzo de 2017 al Meadows Museum de Dallas.

Catálogo excepcional

La muestra se ha presentado coincidiendo con la edición del primer catálogo razonado de dibujos de Ribera. Coeditado con la Fundación Focus de Sevilla y el Meadows Museum de Dallas, José de Ribera. Dibujos ofrece una visión global de la obra del artista como dibujante y cataloga las casi 160 obras que se conocen. La edición, que corre a cargo de Gabriele Finaldi, se abre con un texto introductorio del comisario.

La primera sección de fichas del catálogo abarca todos los dibujos considerados autógrafos de Ribera, hasta un total de 157 obras. Cada ficha proporciona los datos técnicos y catalográficos esenciales sobre el dibujo y un texto expositivo que abarca cuestiones varias de iconografía, técnica, datación y obras conexas. Se incluyen cinco dibujos clasificados como Atribuidos a Ribera porque existen dudas sobre su carácter autógrafo y treinta fichas de hojas que se catalogan como Atribuciones rechazadas. Las fichas del catálogo han sido escritas por el propio Finaldi, Elena Cenalmor (técnico de gestión de la Dirección Adjunta de Conservación del Museo del Prado) y Edward Payne (Senior Curator of Spanish Art en Auckland Castle, County Durham).

Con motivo de la exposición, el museo ha preparado una serie de actividades relacionadas. Además del habitual ciclo de conferencias, que comienza el 30 de noviembre (18.30 h) con una conferencia de Elena Cenalmor y continúa con Edward Payne (14 de enero), Viviana Farina (25 de enero) y Gabriele Finaldi (1 de febrero), se han programado los Itinerarios Didácticos, una serie de recorridos por las salas acompañados de personal del Área de Educación que tendrán lugar los martes de enero (a las 11.00 y 17.00 h) y los miércoles de febrero (a las 17.00 h).