Jimmie Durham, <em>Nature Morte with Stone and House</em>, 2007. Vista de la instalación en la exposición <em>Vacío perfecto. Una lectura de la Colección MUSAC</em>, 2017.

Jimmie Durham, Nature Morte with Stone and House, 2007. Vista de la instalación en la exposición Vacío perfecto. Una lectura de la Colección MUSAC, 2017.

Se trata de 21 piezas de los artistas José Luis Alexanco, Manu Arregui, Luis Camnitzer, Filipa Cesar, Lúa Coderch, Nacho Criado, Jimmie Durham, Pepe Espaliú, Hans-Peter Feldmann, Jenny Holzer, Abigail Lazkoz, Leonilson, David Maljkovic, Diego del Pozo, Fernando Renes, Néstor Sanmiguel Diest, Kiki Smith, Belén Uriel, Akram Zaatari y Silvia Zayas; entre las que se encuentran instalaciones, fotografía, vídeo, pintura o dibujo. Seis de ellas se exponen por primera vez en el museo: MOUVNT (1974), de José Luis Alexanco; Oro (2014), de Lúa Coderch; 6 asimétrico (1973), de Nacho Criado; Nature Morte with Stone and House ( 2007), de Jimmie Durham; Serie de tiempo (barco), (ca. 1970), de Hans Peter Feldmann; y Cuatro amantes cuatro inversiones (2003), de Diego del Pozo.

Vacío perfecto es el primer volumen de la tetralogía Biblioteca del siglo XXI, de Stanislaw Lem, figura consagrada de la ciencia ficción cuya obra maestra, Solaris, fue llevada al cine por Andréi Tarkovski. Publicado en 1971, el libro supuso una sorpresa para los lectores que esperaban encontrar un nuevo volumen dentro de los cánones del género, ya que se trata de un experimento literario formado por 16 críticas a libros no escritos que, según avanzaba el subtítulo de la obra –Biblioteca del siglo XXI– debían comenzar a publicarse en el siglo siguiente.

Este subtítulo acompañó a otras tres obras –Magnitud imaginaria (1973), Golem XIV (1981) y Provocación (1984)–, conformando así un conjunto que permitía al autor hablar acerca de cómo él imaginaba la cultura en el futuro. El proyecto en MUSAC parte de este terreno de posibilidad para explorar cuestiones como la capacidad de hacer «ciencia ficción» con la cultura.

Dispositivos de poder

Silvia Zayas, <em>Pêro Escobar vs. Elvis Presley</em>, del proyecto <em>São Tomé Revisitado</em>, 2012.

Silvia Zayas, Pêro Escobar vs. Elvis Presley, del proyecto São Tomé Revisitado, 2012.

Asimismo, la elección de la «biblioteca» para establecer un dialogo o relectura de la Colección MUSAC no es algo casual. Un elemento unificador que define tanto a la biblioteca como al archivo y el museo es que son dispositivos de poder. Qué se conserva, cómo se cataloga y cuáles son los modos de difusión no son meros funcionamientos mecánicos ni objetivos, de ahí la importancia del criterio esencial de la participación y el acceso al archivo que planteaba el filósofo Jacques Derrida. En todas estas acciones se vuelve a deslizar la pregunta: ¿qué relación tenemos como individuos con la cultura?

Estas cuestiones se ven enfatizadas por la creación de una «biblioteca emocional» en el espacio expositivo, en la que el criterio de selección es la relación que las personas tienen con libros importantes en su formación vital, y que quieran compartir con otras personas. Así se busca trabajar sobre otros posibles nodos de conexión e incremento de las experiencias personales con la cultura.