Esta muestra incluye una serie de fotografías de gran formato de interiores, en su mayoría públicos o semipúblicos, de Moscú y París. La ausencia de la figura humana otorga un protagonismo absoluto a la arquitectura y la naturaleza. De esta forma, Höfer propone una reflexión sobre la representación de la cultura nacional y la voluntad arquitectónica a través de elementos como la luz, la estructura y el color, así como la propia idea de belleza.

Durante tres décadas, la artista alemana ha estado produciendo un gran número de fotografías en el interior de edificios tomadas cuando ha cesado toda actividad y están vacíos. Usando cámaras de gran formato, adopta una estética fría; su mirada es lo más neutral e inafectada posible y termina produciendo imágenes técnicamente impecables con una riqueza de detalles que revelan su interés formal en el vacío y la pureza.

Estas obras se caracterizan por un gran rigor formal tanto en su composición como en el tratamiento de la luz. La artista no recurre al retoque, sino que muestra los lugares como realmente son. Nuestra identificación con estos encuadres, sus funciones, ubicación y la fecha en que fueron retratados es breve y precisa. Estas atmósferas fotográficas simples y pacíficas se esfuerzan por capturar la carga histórica de los espacios sin embellecerlos ni condenarlos.