El artista utiliza el lenguaje escultórico y propone una escenografía continua que asoma al espectador a la dimensión más oscura del deseo, al espacio de lo carnal frente al personaje, la osadía frente al miedo al rechazo, la pugna entre identidad y la piel.

A partir de esta serie de obras realizadas con silicona, gelatina, plásticos, líquidos y textiles, y de su misma proposición espacial, La piel construida acerca al universo estético de Chozas, que abre una puerta para cuestionar nuestro modo de canalizar el deseo y vincularnos en un mundo cada vez más mediatizado.

«Detrás de esta exposición -explica el artista- hay una investigación lenta acerca de la relación que existe entre la intimidad, que es algo que nosotros tendemos a ocultar, y cómo en este momento ésta es hipervisible. Hoy, nuestra intimidad transcurre a la vista de todos y de ahí nace la idea de convertirla en un conjunto de cuerpos que están despojados de esa piel que precisamente nos separa del exterior».

Esta muestra ha sido organizada por la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Cultura y Deporte.

Hoja de sala

Lo que escondemos

La práctica de Javier Chozas se nutre de los secretos que escondemos, de esos pensamientos y comportamientos que nos turban y que guardamos en nuestro espacio estrictamente privado. Su obra explora el encuentro entre nuestra intimidad y los límites difusos de lo que es socialmente aceptable o rechazable.

Chozas estudió Arquitectura en la ETSAM de Madrid, cursó el Máster de Arte Creación e Investigación en la UCM (2014) y recientemente terminó el MFA Fine Artsen Goldsmiths University (2018). Su obra ha sido expuesta en, entre otros lugares, la Galería Tenderpixel y Nicoletti Contemporary de Londres, La Casa Encendida, Matadero y Tabacalera (Madrid), Museo Würth (La Rioja), P60 (Amstelveen), Kunsthaus Bethanien (Berlín), La Panacée (Montpellier) o Bólit (Gerona).