De esta forma, las obras de Picasso han sido sometidas a un proceso de resignificación. Los artistas invitados han creado un nuevo título y descripción que transforma, interroga y redefine cada una de sus obras. Construyendo historias potenciales, cada uno de ellos ofrece una perspectiva radicalmente contemporánea de la obra producida durante la última década de la vida de Picasso, su etapa más prolífica, más cercana y, probablemente, la más desconocida.

Entendiendo a Picasso como uno de los pintores globales, los artistas invitados provienen de diferentes partes del planeta, con formas de práctica y entendimiento muy distintas, con edades e identidades de género que aspiran a abrir puntos de vista y miradas contemporáneas desde la máxima multiplicidad posible dentro de un espacio artístico y creativo.

Los nuevos títulos y descripciones, algunos producidos mediante procesos especulativos y otros a través de interpretaciones poéticas o políticas, crean de forma colectiva un retrato compuesto de nuestras percepciones actuales del legado y la influencia del artista. En esta invitación a jugar con Picasso, el proyecto abre espacios a cuestiones latentes en sus obras y esenciales en nuestra mirada actual como la raza, la clase, el género, la identidad, el antropocentrismo o el empoderamiento.

Como nunca antes

En 1963 Picasso ha cumplido 82 años, es probablemente el artista más conocido del mundo y lleva dominando la escena artística desde hace más de medio siglo. En esos últimos años dibuja y pinta como nunca lo había hecho antes. Entre marzo y octubre de 1968 realiza 347 grabados; entre diciembre de 1969 y enero de 1971 -en dos meses- 194 dibujos. Cuando ya es nonagenario, entre septiembre de 1970 y junio de 1972 -menos de dos años- más de doscientas pinturas salen de sus manos. Como recuerda el historiador Werner Spies, Picasso, consciente de su edad, «pinta contra el tiempo».

«Lo que he descubierto estudiando el trabajo de Picasso a lo largo de su vida es que su último periodo fue –como ocurre con los periodos tardíos– una confluencia de momentos del pasado, ofreciendo una lectura transversal de casi toda su obra», explica Eva Franch. «El último Picasso engloba casi todos los ‘picassos’ que conocemos a través de una búsqueda reduccionista y esencialista de su propio legado. Picasso creó una ‘retrospectiva productiva’ durante aquellos 10 últimos años».

Este proyecto, que ocupa cuatro salas de La Casa Encendida, invita al visitante a desarrollar una mirada activa, a cuestionar aspectos de su percepción de la obra de Picasso y, al mismo tiempo, de nosotros mismos, de nuestros valores y de nuestra contemporaneidad. No se la pierda.

Picasso: Sin Título cuenta con el apoyo de la Comisión Nacional para la Conmemoración del Cincuentenario de la Muerte de Pablo Picasso.

Mirada activa

«Picasso nunca dio nombre a sus obras;

sus amigos, agentes y comisarios lo hicieron por él»

(Bernard Ruiz-Picasso)

Los 50 artistas invitados son Adrián Villar Rojas, Agnieszka Kurant, Ahmet Öğüt, Albert Serra, Alejandro Cesarco, Antoni Muntadas, Asunción Molinos Gordo, Black Quantum Futurism, Cabello/Carceller, Camille Henrot, Christine Sun Kim, Christopher Kulendran Thomas, DIS, El Conde de Torrefiel, Emilie Baltz, Erwin Wurm, Esther Ferrer, Frida Orupabo, Holly Herndon, Isabel Coixet, Iván Argote, Janaina Tschäpe, Jill Magid, Joy Harjo, Johanna Hedva, Jumana Manna, Klára Hosnedlová, Leonor Serrano Rivas, Lydia Ourahmane, Maria Hassabi, Mercedes Azpilicueta, Niño de Elche, Omsk Social Club, ORLAN, Pauline Curnier Jardin, Pedro Neves Marques, Pol Taburet, Revital Cohen & Tuur Van Balen, Roméo Mivekannin, Ryan Gander, Sara Ramo, Simon Denny, Simon Fujiwara, Sissel Tolaas, Tala Madani, Taryn Simon, The Otolith Group, Trevor Paglen, Tuan Andrew Nguyen y Tyra Tingleff.