La obra de Madoz apela a la imaginación del espectador y lo convierte en cómplice de sus juegos de lógica, invitando a una nueva interpretación del objeto. A través de un lenguaje elaborado y único de metáforas poéticas e inesperadas, las imágenes en blanco y negro logran descontextualizar el objeto fotografiado confiriéndole un nuevo significado que adquiere un sentido subjetivo para quien lo observa.

En esta exposición presenta más de treinta fotografías en las que explora nuevos objetos, sin renunciar a aquellos que ya son recurrentes en su obra, tales como los relacionados con la música, los libros, las velas o los cuchillos, elementos que forman parte de su imaginario.

Un cierto misterio

«Para mí es importante que la imagen siga manteniendo un cierto misterio, un cierto interés, que no sea algo que se agote. Me gusta que perdure en esa fotografía algo que siga ejerciendo sobre el espectador un cierto atractivo, que te permita convivir con ella con el paso de los años»

Chema Madoz es uno de los fotógrafos españoles con mayor reconocimiento nacional e internacional. Durante la década de 1980 sus obras ofrecen un aire teatral y surrealista. A partir de los años 90 comienza a prescindir de la idea de azar y la sustituye por una recreación de imágenes mentales. Deja de emplear elementos externos, como la luz natural o los modelos, y comienza a desarrollar el concepto de objetos desde el blanco y negro, manteniendo una cuidada iluminación y simplicidad en su presentación. La función subjetiva de la mirada del espectador, junto con el empleo de un lenguaje más elaborado y críptico, será el tema constante en su obra.

Madoz cuenta con, entre otros reconocimientos, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2019) y los premios Aula de las Metáforas (2019), Cultura de la Comunidad de Madrid (Fotografía, 2013), Bartolomé Ros de PhotoEspaña (2011), Nacional de Fotografía (2000), Higasikawa Overseas Photographer (2000) y PhotoEspaña (2000).