Miguel Falomir, director del Prado, recuerda que el Museo «desempeñó un importante papel en la recuperación de esta obra al alertar al Ministerio de Cultura de su importancia, lo que impidió su salida de España. El Prado pone ahora a disposición del público y de la comunidad científica una obra excepcional de uno de los más grandes pintores de la historia».

La Comunidad de Madrid, administración competente en este caso, declaró la obra Bien de Interés Cultural (BIC) en 2021, lo que impide su salida de España.

Desde que en abril de 2021 la pinacoteca alertara a Cultura de la relevancia del lienzo, tras su reaparición en la casa de subastas Ansorena, cuando se atribuyó a un alumno de José de Ribera, ha estado bajo la custodia de Colnaghi, en colaboración con Filippo Benappi (Benappi Fine Art) y Andrea Lullo (Lullo Pampoulides), y ha sido restaurada por el especialista Andrea Cipriani y su equipo bajo la supervisión de expertos de la Comunidad de Madrid.

Los resultados de este minucioso proceso se recogen en Caravaggio: El Ecce Homo desvelado, una exhaustiva publicación que reúne a destacados expertos en la materia con ensayos seminales testimonio de la importancia de la obra.

Atribución

‘Ecce Homo’ (antes de la restauración). Caravaggio. Imagen cortesía de colección privada.

Tras una investigación diagnóstica realizada por Claudio Falcucci, ingeniero nuclear especializado en el estudio y conservación del patrimonio, su restauración se apoyó en una evaluación de los materiales y su historial de conservación, reafirmando la atribución inicial al maestro italiano.

Su estudio fue llevado a cabo por Maria Cristina Terzaghi, experta en Caravaggio, catedrática de Historia del Arte Moderno en la Universidad Roma Tre y miembro del Comité Científico del Museo di Capodimonte de Nápoles; Gianni Papi, historiador del Arte y escritor; Giuseppe Porzio, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Nápoles, y Keith Christiansen, comisario del Metropolitan Museum of Art.

Cada uno de estos expertos ofreció diferentes perspectivas. En concreto, las circunstancias de su descubrimiento, la procedencia, los aspectos estilísticos, técnicos e iconográficos, su fortuna crítica y el legado del maestro en Nápoles. Los cuatro compartieron la misma certeza: el Ecce Homo es obra de Caravaggio.

Terzaghi destaca que «el rápido consenso en torno a la atribución de la obra tras su redescubrimiento no tiene precedentes en la importante historia del pintor, sobre el que los expertos rara vez se han puesto de acuerdo, al menos en los últimos cuarenta años».

El óleo representa el momento en el que el gobernador romano Poncio Pilato muestra a Cristo al pueblo con las palabras Ecce homo («he aquí el hombre»), uno de los momentos más dramáticos de la Pasión, recogido en el Evangelio de Juan (19:5).

La obra es un poderoso ejemplo de la maestría de Caravaggio en cuanto al proceso de concepción: una hábil composición que presenta una escena tridimensional y dinámica totalmente innovadora, pero dentro de los límites de la tradición iconográfica.

Procedencia

El Ecce Homo (aprox. 1605-1609) se documenta por primera vez en un compromiso suscrito en Roma entre el artista y el aristócrata Massimo Massimi firmado el 25 de junio de 1605. Más adelante, en 1631, la obra pasa a formar parte de la colección de Juan de Lezcano, secretario de Pedro Fernández de Castro, embajador de España en Roma hasta 1616 y, más tarde, virrey de la corte de Palermo, y hermano de Francisco de Castro, virrey de Nápoles.

Se menciona más tarde en el inventario elaborado con motivo de la marcha a Madrid de la esposa de García de Avellaneda y Haro Delgadillo. Delgadillo fue el segundo conde de Castrillo (1588-1670) y también virrey de Nápoles (1653-1659). Posteriormente, en 1666, pasó a formar parte de la colección privada de Felipe IV, y luego se menciona que estuvo expuesto en el palacio de su hijo, Carlos II, entre 1701 y 1702.

En 1789, la obra figura como expuesta en el Real Sitio de la Casa de Campo, hasta que en 1816 se documenta en el Palacio de Buenavista de Madrid como parte de la colección de Manuel Godoy (1767-1851). Después pasó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En 1821, Evaristo Pérez de Castro Méndez (1769-1849), diplomático y miembro honorario de la Academia, recibió la obra a cambio de otros cuadros donados a la corporación, y permaneció en la misma familia hasta que cambió de propietario en 2024, sin que se conozca la identidad del nuevo. Tras su redescubrimiento siguieron dos años de intensa investigación y restauración.

‘Ecce Homo’ (tras la restauración). Caravaggio. Imagen cortesía de colección privada.