La estética creada por algunos de los diseñadores más destacados dialoga en esta muestra con revistas, carteles y diverso material gráfico en los que se evidencia también la evolución de las publicaciones de moda.

Partiendo de la década de los 60 y hasta llegar a la actualidad, la exposición repasa un largo período en el que la moda española ha cambiado de manera radical: desde sus inicios en los años 40, vinculados al concepto de alta costura y a una moda hecha a medida para la clientela más selecta, hasta el apogeo de las firmas de prêt-à-porter y las grandes cadenas de confección que han situado a España como uno de los grandes centros productores de moda.

Nombres para la historia

Pertegaz. Foto: Museo del Traje.

Pertegaz. Foto: Museo del Traje.

Desde que en 1940 se funda la Cooperativa de la Alta Costura Española, esta industria adquiere una relevancia notable y surgen en su seno algunos nombres que pasarían a la historia por su talento creativo y la calidad de sus diseños, destacando entre todos el magisterio de Pedro Rodríguez, figura con un peso solo comparable al de Cristóbal Balenciaga, y varias generaciones de modistas formados en la técnica artesanal que dieron lugar a un período dorado para la costura que se extendió hasta la década de los setenta, cuando el cambio social produjo también un cambio en el sistema de producción.

En 1974, con el franquismo tocando a su fin, un nuevo impuesto sobre el lujo supuso el golpe definitivo a la costura española. Mientras que grandes firmas optaron por echar el cierre para no tener que plegarse a las nuevas exigencias del mercado, otras supieron reconvertirse y sobrevivir hasta el presente.

Durante esa década de los 70 convivieron los ecos de una moda fastuosa hecha a medida con la aparición de los primeros diseños de prêt-à-porter, con nombres de jóvenes diseñadores que empiezan a hacer competencia a firmas de primer orden como Loewe, Pertegaz o Elio Berhanyer.

Una nueva España

Con la transición a la democracia, la moda se convirtió en uno de los ámbitos más afectados por el espíritu de la década naciente, reflejando la imagen de una nueva España, joven y desinhibida. Ya a mediados de los años 80, con algunas firmas sólidamente asentadas, se organizan las primeras pasarelas colectivas. El momento creativo por el que pasa el diseño español en aquella década es excelente y dejará para la posteridad alguna de las imágenes más reconocibles para el gran público. Sybilla, Manuel Piña, Ágatha Ruiz de la Prada, Francis Montesinos, entre otros, forjaron la imagen de una moda renovada y con grandes posibilidades comerciales.

Durante los últimos veinte años muchos nuevos nombres han ido sumándose a los de las firmas consolidadas, prolongándose los esfuerzos de los diseñadores por lograr una industria nacional que tenga capacidad para competir a nivel internacional.