Comisariada por el artista Antonio Ortega, la muestra brinda una mirada histórica a las actitudes y los posicionamientos autogestionarios en el arte contemporáneo. Se trata de una selección personal de autores que han incorporado en su dinámica de trabajo un giro con el que empoderarse de su propio relato y velar por la autoridad de su obra.

The Minus Objects. Struttura per parlare in piedi, Michelangelo Pistoletto, 1965-1966.

The Minus Objects. Struttura per parlare in piedi, Michelangelo Pistoletto, 1965-1966.

La selección se despliega en cuatro espacios que abordan desde trabajos realizados a partir de un posicionamiento en la autogestión hasta ejemplos de artistas que han naturalizado estas prácticas, pasando por la exploración de los gestos espontáneos de empoderamiento y de contestación al sistema artístico que han ensayado algunos creadores a lo largo del periodo examinado.

La muestra incluye pintura, escultura, dibujo, fotografía y vídeo, así como cuatro instalaciones e intervenciones en las cuales han trabajado directamente en las salas los artistas Adam Nankervis, Laura Porter y Mariona Moncunill.

Entre otros documentos, Autogestión incorpora también un cómic en el que Carla Fernández esboza la relación entre el arte y la vida en la obra de Gustav Metzger, precursor de la autogestión como práctica artística. La exposición recoge, además, la decena de reproducciones al óleo que Pere Llobera ha pintado para ilustrar la publicación que acompaña la muestra.

Voluntad de los artistas

La continuidad de las posiciones cercanas a la idea de autogestión podría explicarse actualmente por condiciones contextuales como el abaratamiento de los costes de producción o la crisis institucional. Muchas iniciativas recientes se han adaptado a este escenario para mantener su actividad cultural asumiendo un elevado valor de riesgo y un claro compromiso con su tiempo. La autogestión está vinculada también a una voluntad de los artistas a no ceder la explicación de su obra a una interpretación externa y reclamar la gestión de lo que, probablemente, sea su único capital: el deseo de gobernar su propia emisión.