Las piezas abarcan un largo periodo de esta actividad plástica, desde las iniciales hasta las realizadas un año antes de su fallecimiento. Estas obras se encontraban en su taller o permanecían en distintas fundiciones. Todas ellas están realizadas en escayola, un material que siempre ha tenido un papel secundario en el proceso creativo del artista, pero que aquí se convierten en una sustancia preciosa: ayudan a visualizar el desarrollo de la obra en la imaginación de su autor; guardan la huella de sus manos e irradian una belleza misteriosa que las convierte en pequeñas ‘obras maestras’, su ‘musa blanca’. El propio Miró manifestó en diversas ocasiones su deseo de que fuesen mostradas públicamente, algo que no vio cumplido en vida.

Estas estatuillas de vida precaria muestran la doble atracción en que se bifurcó la exploración escultórica mironiana. Por un lado, el ensamblaje poético de objetos recogidos y combinados; y, por otro, el volumen macizo de figuras imaginarias, de cuerpos orondos y curvas tensas. Son seres inquietantes que parecen esconder una carga explosiva, disimulada tras su frágil e inofensivo aspecto.

La exposición tiene lugar en una de las sedes más singulares del Museo, la Casa del Sol, que alberga yesos centenarios, reproducciones de alta calidad de obras griegas y romanas, y que cohabitan, en estrecho diálogo, en este muestra con las piezas de Miró. Este hermanamiento ofrece al visitante motivos para la reflexión sobre los procesos artísticos, sobre la paradójica relación entre original y copia, sobre las afinidades y contrastes en la historia de la escultura.

Este proyecto se inscribe en la línea expositiva emprendida por el Museo Nacional de Escultura en 2018, en este mismo espacio de la Casa del Sol, con la presentación de un conjunto de obras de otro gran escultor del siglo XX, Baltasar Lobo. También en esa ocasión se trataba de “obras de taller” procedentes de su estudio de París, muy próximo, por cierto, al del propio Miró.

Organizada en colaboración con la Successió Miró (Palma de Mallorca) y la Fundación Mas Miró (Montroig del Camp, Tarragona), esta muestra permanecerá abierta hasta el 15 de marzo de 2020.

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