Nacido en 1926, comienza sus estudios en San Sebastián y Bilbao antes de regresar, una vez finalizada la Guerra Civil, a Barcelona. Es en el Instituto Balmes cuando empieza a despertar en él su vocación, que se vería acentuada al contraer la tuberculosis y ser internado en el sanatorio de Puig d’Olena.

En 1951, Castellet se sitúa al frente de una revista de origen falangista, Laye, que al evitar la censura sirve de altavoz para escritores como Joan y Gabriel Ferrater, Alfonso Costafreda, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral y Manuel Sacristán.

Alejamiento del subjetivismo narrativo

En aquella época escribe dos obras que tendrán una fuerte repercusión: Notas sobre literatura española contemporánea (1955) y especialmente La hora del lector (1957), que sufriría modificaciones en sus versiones italiana y catalana. Castellet defendía un alejamiento del subjetivismo narrativo, dejando que fuera el lector quien completara en su mente el texto escrito por el autor.

Firme defensor del realismo crítico e histórico, en 1960 recopila su canon de la poesía en español en la antología Veinte años de poesía española. Tres años más tarde, con la colaboración de Joaquim Molas, hace lo propio con la poesía catalana, publicando Poesia catalana del segle XX. La poesía simbolista no tenía cabida en sus selecciones, ya que, como defendía en Poesia, realisme, història (1965), el realismo era el verdadero humanismo.

Puente entre culturas

Max Cahner le propone dirigir Edicions 62 en 1964. En el 50 aniversario del nacimiento de la editorial, Castellet afirmó que sencillamente llenó una biblioteca vacía. Su labor editorial se centró en internacionalizar la escritura en catalán y evitar que adquiriera un carácter provinciano.

En 1977 participa en la creación de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana, siendo su primer presidente. A través de ella reivindica la necesidad de una entidad propia vinculada al catalán como lengua creadora y literaria.

Fue reconocido en 2010 con el Premio Nacional de las Letras Españolas, distinguiéndose su trabajo literario, su profundo estudio de la literatura española y su labor de cohesión entre la cultura catalana y la del resto de nuestro país.