Hace tres semanas, The Sunday Times se marcaba un tanto publicando que tras el nombre de Roberth Galbraith, autor de The Cuckoo’s Calling, se encontraba en realidad J.K. Rowling. En el reportaje publicado se explicaba cómo habían llegado a la conclusión comparando estilos y repasando pasadas declaraciones de la autora de Harry Potter en las que había afirmado su interés por el género policíaco y por escribir en algún momento bajo seudónimo.

Sin embargo, el tiempo ha desvelado que todo se debió a un soplo iniciado por Chris Gossage, socio de la firma Russells Solicitors. El abogado conocía que tras Galbraith se encontraba Rowling y le contó el secreto a la mejor amiga de su mujer. Esta contactó con una redactora de The Sunday Times a través de Twitter y le dio el soplo.

Donación en lugar de indemnización

Las ventas de The Cuckoo’s Calling se dispararon tras conocerse quién la había escrito en realidad, pero ni siquiera eso paró a Rowling, que puso en marcha a sus abogados para llevar ante la justicia a los responsables de desvelar su autoría.

Un acuerdo ha puesto fin al litigio. Russells Solicitors tendrá que realizar una “sustancial donación” a la ONG Soldiers’ Charity en lugar de indemnizar a la autora, quien, por su parte, ha anunciado que donará los beneficios de la venta del libro a dicha organización durante los próximos tres años.

Rowling ha elegido esta ONG, cuya misión es atender a soldados retirados o heridos en combate y sus familias, tras concienciarse de su realidad durante el tiempo que pasó documentándose para The Cuckoo’s Calling, que tiene como protagonista a un ex soldado que se convierte en detective.