Siglo económicamente complejo este XXI por el que transitamos. La desigualdad, la escasez de recursos, la irregular distribución de las materias primas y un largo etcétera de circunstancias y condicionantes influyen en nuestras vidas y en la economía mundial. Pero… ¿cómo?

Las materias primas impregnan prácticamente todos los aspectos del mundo moderno, desde los complejos energéticos que impulsan el transporte y la red eléctrica hasta el agua necesaria para la vida. Desde la tierra para la producción de alimentos hasta la larga lista de minerales sin los que la tecnología dejaría de existir.

Tendencias actuales

El ganador se queda con todo presenta la minuciosa investigación que Dambisa Moyo ha realizado para descubrir las realidades que se esconden tras los números. Examina las tendencias actuales en nuestros mercados de productos básicos así como los recientes cambios geopolíticos, y revela tanto la verdadera situación del mundo contemporáneo como su evolución en las próximas décadas.

Doctora en Economía por la Universidad de Oxford y máster por la Universidad de Harvard, Moyo ha viajado a más de 50 países a lo largo de la última década, tiempo durante el que ha desarrollado una gran base de conocimiento sobre el funcionamiento financiero, económico y político de las economías emergentes.

Oportunidades de inversión

Lo que Moyo nos muestra es que estamos viviendo unos tiempos sin precedentes. Describe cómo China se ha embarcado en una de las mayores carreras para obtener los recursos básicos que necesita y examina los efectos que ello está teniendo sobre todos nosotros.

¿Dónde está China consiguiendo tierra y agua? ¿Quién está renunciado a su derecho sobre estos valiosos recursos? ¿Cuáles serán los efectos financieros y geopolíticos de todo esto? ¿Es inevitable o podría eludirse un conflicto a gran escala por el control de los recursos básicos?

Su trabajo analiza la interrelación existente entre países en vías de desarrollo con rápido crecimiento, empresas internacionales y la economía mundial, destacando las oportunidades de inversión existentes.

En un tono realista, “y ser realista supone también abrir puertas al optimismo”, afirma la autora, este libro hace recuento de los hechos concretos que hemos de afrontar si queremos una economía “mejor, menos desigual y, en definitiva, más equilibrada”.