Las imágenes que acompañarán a la famosa novela son las ganadoras del concurso dedicado al autor organizado por The Folio Society, y en el que participaron más de 500 diseñadores.

Los diseños de Finn Dean aparecerán en la portada y contraportada de esta nueva edición de la obra del célebre autor británico, quien plasmó en ella sus ideas sobre el impacto de la ciencia y la tecnología en el siglo XX.

Una metáfora sobre el futuro

Un mundo feliz es un clásico de la literatura de este siglo. Con ironía mordiente, el genial autor inglés plasma una sombría metáfora sobre el futuro, muchas de cuyas previsiones se han materializado, acelerada e inquietantemente, en los últimos años.

La novela describe un mundo en el que finalmente se han cumplido los peores vaticinios: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se organiza en diez zonas en apariencia seguras y estables. Sin embargo, este mundo ha sacrificado valores humanos esenciales, y sus habitantes son procreados in vitro a imagen y semejanza de una cadena de montaje.

 

El autor

Hux-Oxon-72Aldous Huxley (1894-1963) nació en Godalming, Surrey, y estudió en las universidades de Eton y Oxford. Trabajó en varios periódicos y publicó cuatro libros de poesía antes de la aparición de su primera novela, Los escándalos de Crome (1921).

Más tarde, las novelas Heno antiguo (1923) y Contrapunto (1928), que ilustran el clima nihilista de la década de 1920, y Un mundo feliz (1932). Durante gran parte de esta época vivió en Italia y Francia. En 1937 emigró a Estados Unidos.

Entre sus más de 45 libros destacan los de ensayo, Un Pilatos burlón (1926), Mañana y mañana y mañana (1956), Nueva visita a un mundo feliz (1958) y Literatura y ciencia (1963). Otras novelas son Ciego en Gaza (1936), Viejo muere el cisne (1939), Mono y esencia (1948) y La isla (1962).

El autor británico también escribió crítica científica, filosófica y social, con obras importantes como El arte de ver (1932), La filosofía perenne (1946) y Los demonios de Loudon (1952). Se interesó mucho por el misticismo y la parapsicología. Las puertas de la percepción (1954) y su continuación, Cielo e infierno (1956), tratan de sus experiencias con drogas alucinógenas.