Una mujer vendía paletas con forma de sombrilla. La gente reía al ver que no se dejaban comer, que se elevaban girando, chispeando el aire de colores líquidos. Una bebé que empezaba a caminar bajó las gradas; al llegar al primer escalón subió sus brazos y corrió sobre el césped. Iba hacia mí, pero se fue haciendo transparente a medida que corría, tan transparente que me traspasó. Otra niña también saltaba sobre las gradas, se detenía y anunciaba a otros niños que era una estatua; al saltar de la última grada su cuerpo, su ropa y su pelo se hicieron cemento blanco, eternamente flexionado y sonriente.

Respiré hondo mirando al cielo de celajes naranja que empezaba a oscurecer. Una avioneta empezó a lanzar estrellas frágiles, brillantes, que cayeron ondulando, sin peso, sin ruido, sin prisa. La grama se esponjó para darles reposo, como una mujer que acomoda su vientre a la entrada del placer.

Una banda de chicos entró por un sendero, tocaban tambores y trompetas. Los ritmos salían de los instrumentos coloreando el aire, y los niños corrían tras ellos queriendo atraparlos. Tito corría a un lado y otro. Ladraba y ladraba, a veces a los niños, a veces a los hilos de luz rítmica.

Las nubes empezaron a girar lento y constante, hasta quedar a mis pies. Los edificios quedaron sobre mi cabeza, semejantes a estalactitas tornasoles. Los autobuses eran ciempiés buscando escape entre las calles. A mis pies, en medio de las nubes, las araucarias, cercenadas años atrás para pavimentar los senderos, elevaron sus ramas danzando, siguiendo el ritmo de los tambores, buscando el aire fresco de la noche que empezaba.
Tito empezó a ladrar un poco más fuerte. Quise calmarlo, pero no me oía.

Siguió ladrando hasta que lo subieron a la ambulancia junto a mi cuerpo. Lo miré irse, y levanté mi mano para decirle adiós.

Más sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz

El gran número de autores innovadores y la gran calidad del cuento español en el panorama literario contemporáneo es un fenómeno reconocido tanto por la crítica especializada como por los aficionados a la literatura en general y a la narrativa breve en particular. Con el objetivo de promover y difundir este género, hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, y KOS, Comunicación, Ciencia y Sociedad, con la colaboración de Arráez Editores SL, convocaron la primera edición del Premio Internacional de Cuentos Breves ‘Maestro Francisco González Ruiz’, dotado con 3.000 euros y cuyo plazo de presentación de relatos concluyó el pasado 31 de mayo.

El certamen se desarrolla en una fase previa y otra final. Durante la previa, el Comité de Lectura selecciona los relatos finalistas de entre los recibidos antes del 31 de mayo, que se irán publicando en hoyesarte.com. Este es el caso de Adiós, Tito, octogésimo octavo cuento preseleccionado.

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