A veces juego con retroceder 1 año y cambiar las cosas que hice mal, gente que dañé, los consejos que dejé pasar mientras creía firmemente en mi juventud. Fielmente acompañado de la misma persona; la mujer que amé y no me amó, la mujer que me amó y no amé, la mujer que me amó y amé, la madre del hijo que ahora no puedo tener. A veces los veo en mis sueños y tratan de consolarme, me dicen que están bien y aguardarán por mí, pero que no me apure… todo a su tiempo. Lo que tiene que pasar, irá sucediendo, la deuda que me tenga la vida, la iré recibiendo. Siento que empiezo una segunda vida y cuando sea momento de partir, lo haré riendo.

Todo pasó tan rápido que no pude despedirme, aunque odio las despedidas por ser largas e innecesarias, siempre es reconfortarte dar el último adiós. Mi esposa e hijo partieron en un viaje en el que yo también marcharé, un instante fatal que decidió no darme una segunda oportunidad y que lamentaré por el resto de mi vida. Ahora los consuelos y condolencias están demás, se me caen de los bolsillos, no sé dónde colocarlos y me abruman.

Debo despedirme de ellos, pero no encuentro las palabras exactas para hacerlo, no sé cómo abordar el tema sin desbordarme. Me desmoraliza sentir que no avanzo, que no paso un día sin pensar en el discurso que debo decir… primero a ellos, utilizando mis sueños de vehículo; luego a su familia. Necesito sanar mi alma y poner en terapia la conciencia. Le pido a Dios que me ayude, pero no lo hace y la verdad que no me sorprende, no me sorprende porque ya me fue esquivo una vez. Me costó sangre y sufrimiento entender que la vida continúa, que debo seguir por mí y por toda la gente que estuvo cuando no esperé que estuvieran ahí; gané muchas amistades que hace mucho sentía perdidas.

Para empezar esta segunda vida debo terminar la primera y el último paso es concluir esta especie de catarsis literaria. Debo engañar los latidos del corazón a través de palabras escritas en mar abierto, mar adentro; a través de relámpagos artificiales que cegaron mi camino e hicieron colisionar mi destino.

Quisiera abrazar fuertemente el día previo al accidente, jugar con mi hijo y darle un beso infinito a mi esposa, ventear esas esencias tan suyas… tan nuestras. Él está ahí, ella está ahí, yo estoy ahí, todos estamos ahí, tan confundidos como felices se puede estar. Fuimos a un lugar a donde nunca debimos haber ido, ¿pero qué probabilidades existían de que pasara lo que terminó pasando?

Prefiero escribir lo que siento antes que hablarlo con cualquiera, porque las palabras escritas perduran a través del tiempo y quedan como testimonio, las palabras de una conversación se las lleva el viento.

Tenía todo resuelto, la película del resto de mi vida ya estaba guionada, finalizada y galardonada. De un momento a otro me crucé con el destino y quedé culo arriba, con el pulgar en la boca y la cabeza llena de preguntas; es momento de volver a nacer. Debo despertar del profundo letargo en que me encuentro, es difícil moverse a través del dolor, pero es aún más difícil quedarse sentado y ser golpeado por él, día tras día, noche tras noche.

Escucho, al otro lado de la ventana, un mundo que espera por mí. No debo quedarme de brazos cruzados porque, aunque ahora duela moverme, pronto dejará de hacerlo.

Me corresponde aprender a llegar mientras espero, con esmero, guardar las marcas del dolor en lo más profundo, sin presumir de lo que sé,ni de lo que voy siendo; es momento de asumir y aprender, de seguir viviendo…

“Poder decir adiós… es crecer”.

A la memoria de Jhoselin y Zoel, que en paz descansen.

Más sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz

El gran número de autores innovadores y la gran calidad del cuento español en el panorama literario contemporáneo es un fenómeno reconocido tanto por la crítica especializada como por los aficionados a la literatura en general y a la narrativa breve en particular. Con el objetivo de promover y difundir este género, hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, y KOS, Comunicación, Ciencia y Sociedad, con la colaboración de Arráez Editores SL, convocan la primera edición del Premio Internacional de Cuentos Breves ‘Maestro Francisco González Ruiz’, dotado con 3.000 euros.

El certamen se desarrolla en una fase previa y otra final. Durante la previa, el viernes de cada semana, el Comité de Lectura selecciona el relato que, a juicio de sus miembros, sea el mejor entre los enviados hasta esa fecha, publicándose el lunes siguiente en hoyesarte.com. Este es el caso de Vida inexacta, trigésimo sexto cuento seleccionado.

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