El proyecto de convertir este espacio en el Centro Castellano de Creación Artística Francisco Salinas data de 1983, a propuesta del concejal Antonio García Martín. La reconstrucción costó 50 millones de pesetas. Con la reforma, las celdas pasaron a convertirse en locales de ensayo y el patio de la cárcel pasó a ser el Teatro Clunia, con un patio de 611 butacas.