El arte más reciente producido en el subcontinente indio es sólo un eslabón más -aunque muy diferente- de una larga tradición que se remonta a milenios atrás. Como ha ocurrido siempre, el arte actual es producto del contexto histórico en el que se engloba, y en el caso de India, es fruto de un siglo XX lleno de convulsiones políticas y controversias. Los efectos de la colonización, la Partición, la rápida industrialización, la Globalización, los avances tecnológicos, la religión o el propio el sistema de castas, han sido claves para las manifestaciones artísticas ya que han supuesto grandes preocupaciones para muchos de los artistas del pasado siglo y del actual. Por otro lado, y esto ya es común en todo el continente asiático, es un arte que ha recibido influencias de otras culturas además de sus propias raíces, dando lugar a estilos que emanan de ambos extremos, Oriente y Occidente.

Orígenes del arte contemporáneo

Si nos remontamos a las primeras décadas del siglo anterior, nos encontramos un tipo de arte que, bajo el mandato británico, había recibido influencias occidentales de estilos que los artistas se limitaban a copiar. Ejemplo de ello son los trabajos de Raja Ravi Varma y sus seguidores, quienes usaron por primera vez el óleo como técnica, y crearon tablas realistas a la vez que extravagantes e imaginativas, de temas fundamentalmente mitológicos y épicos.

Años más tarde, comenzó a reavivarse el interés por los estilos antiguos, coincidiendo con los hallazgos arqueológicos que determinaron, entre otras cosas, que existió un arte antiguo propio anterior a la llegada de los griegos. De esta manera, surgieron centros artísticos en Mumbai y sobre todo en Bengala, donde muchos artistas se adhirieron a la Escuela de Arte de Calcuta y a Shantiniketan, la universidad fundada en 1921 por el premio Nobel Rabindranath Tagore. Bajo la tutela de la familia Tagore, los alumnos dirigieron su mirada hacia la introspección y en todo caso hacia el Este, combinando estilos de caligrafía, estampa japonesa, y Art Deco en un único modo indio de expresión.  Artistas tales como Nandolol Bose, reivindicaron el arte de Ajanta; y otros como Jamini Roy, encontraron su fuente de inspiración en el arte popular bengalí tras haber tanteado el impresionismo.

Punto de inflexión

El año 1947 -momento en que India consigue su independencia- supuso un punto de inflexión entre lo británico y lo indio. Fue el año en que se fundó el Progressive Artists Group, que incluía artistas como Souza, Syed Haider Raza, Maqbool Fida Husain, Tyeb Mehta, maestros indiscutibles en la India del siglo XX y en cuyo manifiesto rechazaron la Escuela de Calcuta, reclamando también la independencia de la escuela británica.

India en la actualidad

Los artistas actuales han salido muy beneficiados de sus predecesores los Progressives, quienes establecieron el terreno para el éxito del arte indio en un contexto mundial. Exposiciones clave como la que tuvo lugar en Paris en la École de Beaux Arts en 2005 nos dieron a conocer la nueva generación de la vanguardia india,  toda una serie de creadores enormemente individualistas como son Atul Dodiya, Jitish Kallar, Sodobh Gupta, N.S. Harsh, Shilpa Gupta, entre muchos otros. Son  todos ellos artistas con un discurso rupturista pero, al mismo tiempo, enraizado en la cultura local. Herederos de la colonia británica y de la tradición religiosa hinduista, pero hijos también de la globalización, de los iconos de Bollywood y de internet. Creadores que utilizan las nuevas tecnologías pero que, al mismo tiempo, se apasionan por la pintura y las posibilidades de las artes escultóricas. Con todo ello, no se puede afirmar que exista ningún nombre que describa a los artistas del siglo XXI tal y como sucedía con los “Progressive” de los años 50.

Principal mercado emergente del mundo

Este panorama artístico de India despierta en Occidente una expectación creciente, de sobra justificada con los resultados. Así pues, se observa que en las subastas de arte realizadas en India en 2001, las ventas ascendieron a unos pocos millones de dólares hasta superar la cifra de 140 millones en 2006 y 300 millones que es la que se prevé para 2010. No solo eso, las subastas del pasado febrero en Londres pusieron de manifiesto una ralentización del mercado chino, que también había crecido con muchísima fuerza en los últimos años. Según los expertos, lo que marca la diferencia es que, mientras la mayor parte de los mercados emergentes están a merced del gusto de los coleccionistas occidentales, el mercado del arte indio tiene unas fuertes raíces locales. Para entender con propiedad este mercado naciente, es necesario mirar el contexto doméstico y aplicar una ‘lente’ nacional para poder apreciar lo que pasa ahora.

Crecimiento en los distintos ámbitos de mercado

Las casas de subastas están proliferando mucho en India en los últimos meses. Junto con las más consolidadas que han abierto sedes en el país- Christie’s, Sotheby’s, Saffronart- y otras casas más jóvenes como Bid & Hammar, Apparao, y Emami Chisel Art, está previsto que al menos cuatro empresas más de este sector inicien su actividad antes de 2009. Paralelamente, el panorama galerístico está experimentando un fuerte auge en los últimos años. Históricamente el mercado había estado dominado por 3 galerías, Vadehra, Chemould y Pundole,  sin embargo, en los últimos cinco años un gran número de salas han proliferado y están haciendo sentir su presencia tanto en el mercado local como en la escena internacional. Esta proliferación va acompañada de un interesante proceso de descentralización, Nueva Delhi anterior núcleo de ebullición cultural, ha sido sustituida por Mumbai y a estos dos centros se les están sumando interesantes establecimientos en otras ciudades como Bangalore, Cochin o Kolkata.

Los protagonistas

Por último, merecen mención una vez más Francis Newton Souza y Syed Haider Raza que ascienden sin parar puestos en el ranking internacional de cotizaciones. Junto a ellos, Tyeb Mehta, Subodh Gupta, Atul Dodiya, T.V. Santosh y Raqib Shaw están ya entre los 100 artistas contemporáneos de mayor cotización. Pero el artista indio por excelencia es el escultor Anish Kapoor, que entre julio de 2006 y junio de 2007 acumuló unos beneficios totales en subastas de 6.440.150 euros y goza de reconocimiento y fama mundial desde hace ya varios años.