Los agentes, acompañados por el comerciante de arte Asher Edelman, presentaron una orden que les autorizaba a incautar cuatro pinturas, propiedad de la galería, con un valor estimado de más de 6 millones de dólares, en concreto un Degas, un Miró, un Léger y un Yves Klein.

La historia real

La historia que hay detrás de esta llamativa operación de embargo está relacionada con una demanda interpuesta por Edelman Arts Inc. contra la compañía de seguros XL Speciality Insurance Company y la galería Gmurzynska.

En su denuncia, según documentos judiciales, Edelman acusa a Gmurzynska de haber producido daños irreparables en un cuadro del artista Ryman, titulado Courier I, de 1985, en un envío realizado por Edelman Inc a Gmurzynska, hecho por  el que reclama 750.000 dólares en daños y perjuicios. Edelman asegura que el decomiso se ha realizado en virtud de una sentencia dictada “en rebeldía” por los tribunales de Nueva York.

Sin embargo, Peter R. Stern, el abogado de la galería Gmurzynska, comentó que "esta es una sentencia en rebeldía, porque la galería, inadvertidamente, no respondió a la denuncia, pero no porque se haya juzgado el fondo del asunto”, y dio a entender que el malentendido se deriva del hecho de que Gmurzynska consideró en todo momento que la compañía de seguros se había hecho cargo del problema.